La inquietud respecto al futuro de la paridad es una constante, que aparece una y otra vez.
Hace unos cuantos días hablaba con algunos empresarios dedicados a la exportación que, cuando vieron las estimaciones respecto del tipo de cambio que estableció la Secretaría de Hacienda, en sus Criterios Generales de Política Económica 2024, casi les da el infarto.
Les recuerdo los datos.
Para el cierre de este año, la paridad estimada es de 17.30 pesos. Para el de 2024 de 17.60 pesos, pero el promedio del próximo año está en 17.10 pesos.
Para que tales metas se cumplan, Hacienda implícitamente está estimando que durante algunos meses la paridad del peso frente al dólar estaría por debajo de los 17 pesos en el 2024.
Ya le hemos comentado en diversas ocasiones que el efecto que causa un dólar tan barato es diverso, según el sector de la economía en el que uno esté.
Los que más padecen son quienes tienen ingresos en dólares, pero gastan en pesos.
Un ejemplo de ello son los receptores de remesas.
Remontémonos al año de 2021. Al término de diciembre de ese año, por cada 100 dólares que las familias recibían se podían obtener 2 mil 53 pesos.
Al cierre del día de ayer, con una paridad de 17.22 (que incluso refleja una leve depreciación) se obtienen 1 mil 722 pesos.
Es decir, en términos nominales hubo una pérdida de 16 por ciento en un año y casi 9 meses.
Sume usted la inflación de ese periodo, del orden de 10.4 por ciento, y entonces la pérdida real es de casi 23 por ciento.
El mismo caso que padecen los receptores de remesas lo sufren exportadores cuyos gastos de bienes y servicios para producir ocurren en pesos.
Obviamente, los que viajan frecuentemente al extranjero y tienen ingresos en pesos y pagos en dólares, están encantados porque son la otra cara de la moneda. Lo mismo que las empresas que importan bienes que pagan en dólares y luego venden en pesos, como muchos minoristas.
¿Cuánto tiempo puede durar esta condición? Es otra pregunta que se hace con frecuencia.
Un exportador me decía: “si es cosa de aguantar unos meses no hay mayor problema, pero si sigue esta circunstancia otro año, entonces no hay manera de sobrevivir”.
El consenso de los analistas difiere de la estimación de Hacienda.
De acuerdo con la encuesta de Citibanamex entre expertos, el consenso espera un tipo de cambio que termine el 2023 en 17.60, es decir, 30 centavos más que lo previsto por Hacienda.
Pero la gran diferencia radica en la previsión para el 2024, donde la estimación es de 18.70, poco más de un peso más caro que lo previsto por la autoridad.
La definición que vimos esta semana por parte de la Reserva Federal anticipa tasas de interés elevadas por un periodo más prolongado que lo previsto.
Un análisis publicado ayer por el periódico The Wall Street Journal ironizaba y decía “tasas más altas… para siempre”, aludiendo a que la llamada tasa neutral ha cambiado y hoy ya es más elevada que en los últimos años y quizás décadas.
Eso significaría probablemente que el Banco de México también podría dejar las tasas más altas por un tiempo más largo del que muchos creen.
La paridad del peso frente al dólar puede ser afectada por otros factores, como la percepción respecto a los riesgos para la estabilidad financiera o fiscal, o bien la aversión al riesgo en los mercados internacionales.
Pero, si no hubiera cambios sensibles en esos frentes, quizás la perspectiva de una paridad robusta de nuestra moneda frente al dólar pudiera ir más allá de la coyuntura y configurarse como algo que puede durar varios años, con todas las implicaciones que ello tiene.
Regresaremos a este tema.