Los expertos discuten el alcance de la reducción de la pobreza en los últimos años.
No hay discusión, en cambio, sobre la pérdida neta de acceso a los servicios de salud.
Se trata de una pérdida seria y, en un millón de hogares, catastrófica.
Según las cifras oficiales analizadas por México Evalúa, en 2022 las familias mexicanas gastaron en salud 54% más que en 2018.
Esto quiere decir que pusieron de su bolsillo, en promedio, al trimestre, 469 pesos para gastos en salud y medicinas, gastos que antes no tenían.
En los estados más pobres, el gasto fue mayor. Entre 2018 y 2022, las familias oaxaqueñas vieron crecer su gasto trimestral de 819 a 1,572 pesos.
El impacto es previsible y lamentable: las familias más pobres están hoy más desamparadas y gastan más en salud que las otras.
El efecto político institucional es también indeseable. Estos aumentos del gasto familiar en salud quieren decir que los enfermos se atienden con médicos privados, es decir, que no reciben la atención gratuita que deberían de las instancias públicas de salud.
Entre 2018 y 2022 la cobertura privada creció al 59% del total de la atención médica. Era el 46% en 2018.
El cuadro de desprotección popular se vuelve dramático cuando se pone la vista ya no en los quebrantos menores de salud, sino en los gastos que generan las enfermedades mayores, gastos que, con razón, la estadística llama catastróficos.
En 2022, poco más de un millón de hogares mexicanos incurrió en gastos catastróficos. Es decir, gastos médicos por enfermedades o accidentes graves cuya atención médica implicó la disminución severa o la destrucción del patrimonio familiar.
Para evitar estos gastos catastróficos fue creado hace veinte años el Seguro Popular, cancelado y sustituido durante este gobierno por el Insabi, que fue cancelado a su vez y remetido en el IMSS Bienestar, para lograr el sistema de salud noruego que tenemos.
Los expertos deberán cruzar los costos de esta desprotección en salud con los datos de disminución de pobreza, para determinar si, finalmente, los pobres ganaron o perdieron durante los años en que fueron prioridad del gobierno.