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EL SOL DE CUAUTLA: El desastre de sembrando vida



 

En el estado de Morelos los campesinos enfrentan falta de apoyos, ineficiencias y, sobre todo, dudas éticas



 

Lanzado con fanfarrias y grandes esperanzas, el programa Sembrando Vida, del gobierno de México, se vende como una especie de bálsamo universal para los males ambientales y socioeconómicos de las comunidades rurales del país.

La iniciativa busca reforestar hectáreas de tierra y, en el proceso, ofrecer una fuente de empleo a las personas en las regiones más desfavorecidas.

Pero como suele ocurrir con muchas grandes promesas, la realidad se ha encargado de tergiversar la idealista narrativa. En Morelos, los ejidatarios ofrecen una perspectiva más matizada, incluso sombría, de lo que realmente está sucediendo en el terreno, particularmente en un año tan difícil como lo ha sido este 2023, con una terrible sequía que ha dejado pérdidas por todas partes.

Domingo Leal, ejidatario de Tecomalco, en Ayala, es especialmente crítico con la administración del programa. Según Leal, la falta de transparencia y la mala utilización de los recursos son alarmantes. “El recurso que llega no se utiliza bien. Las plantas de dudosa procedencia las consiguen los ingenieros, no las familias. Es como si tiraras el dinero al viento”, dice.

Cuando el programa aterrizó en Morelos el ambiente era de optimismo.

El programa prometía extenderse por 23 municipios beneficiando a 172 localidades y 117 ejidos.

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