“La Cámara de Representantes respeta la soberanía de México y rechaza el uso de la fuerza militar de Estados Unidos contra entidades establecidas en México, incluso las organizaciones criminales trasnacionales”. Esos son los dos puntos centrales de una propuesta de ley impulsada por el congresista demócrata Joaquín Castro, una respuesta directa a los llamados del ala dura del Partido Republicano para que el Ejército estadounidense intervenga en territorio mexicano contra los cárteles de la droga. “En los últimos meses, los estadounidenses han visto un aumento alarmante de declaraciones temerarias que amenazan con normalizar la idea de invadir México”, afirma Castro, que adelantó el documento a EL PAÍS y tiene previsto presentar la resolución el viernes.
“Una guerra con México provocaría una pérdida devastadora de vidas y sería desastrosa para millones de mexicanos y estadounidenses que viven en México, así como para quienes tienen su sustento en el comercio fronterizo legítimo”, señala el legislador texano. Castro explica que su propuesta pretende enviar un “mensaje tajante” de que la Cámara baja “no apoya llamados peligrosos de guerra en nuestra frontera sur” y considera que deben sumarse los republicanos que no apoyan la idea de una intervención militar contra los carteles sin autorización del Gobierno mexicano.
El documento de Castro, el demócrata de mayor rango en el subcomité para el Hemisferio Occidental, cuenta con el respaldo de una veintena de legisladores que ya se han pronunciado contra los discursos bélicos que han aflorado en los últimos meses. Chuy García de Illinois, Nydia Velázquez de Nueva York y Raúl Grijalva de Arizona son algunos liderazgos que apoyan la propuesta.
“Si algo hemos aprendido de los últimos 20 años es que el Congreso sólo debería autorizar la fuerza militar como último recurso”, declaró Barbara Lee, representante por California. “Los carteles mexicanos suponen una amenaza real contra nuestros países, pero la solución recae en expandir nuestra cooperación con México y no en tratarlos como un enemigo o un blanco militar”, agregó. La propuesta de ley, que cita principios de Derecho Internacional como la Carta de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, apela a construir un acuerdo bipartidista porque su aprobación depende de la mayoría republicana en la Cámara baja.
La propuesta ha surgido luego de nuevas tensiones entre miembros de los sectores más conservadores del Partido Republicano y el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Se da también en medio de la visita de tres altos cargos del Gabinete de Joe Biden a Ciudad de México para discutir la estrategia contra la crisis del fentanilo y tratar el tema migratorio: el secretario de Estado, Antony Blinken; el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, y el fiscal general Merrick Garland.
Desde finales del año pasado, varios liderazgos republicanos resucitaron la idea de que la política de seguridad de López Obrador ha fallado y que Estados Unidos debe intervenir militarmente contra los grupos del crimen organizado, dándoles el mismo tratamiento que las organizaciones terroristas. En los últimos meses el presidente de México y varios legisladores conservadores han intercambiado reproches y descalificaciones. En el último choque, el mandatario latinoamericano dijo la semana pasada que quienes apoyaban la idea eran “muy ridículos” y ha insistido en que la propuesta de actuar en territorio mexicano es una violación contraria al derecho internacional.
La propuesta, sin embargo, ha ganado popularidad entre varios sectores del partido y siete de ocho aspirantes a la candidatura presidencial se han pronunciado a favor de que Estados Unidos emprenda acciones bélicas contra los cárteles, incluidos el expresidente Donald Trump y el gobernador de Florida, Ron de Santis. También enarbolan discursos de mano dura contra la migración. Varios políticos conservadores han tratado de poner en la boleta de las elecciones del próximo año el papel de México en la guerra contra las drogas y en la gestión de la crisis migratoria. López Obrador, en contraparte, dijo que es una estrategia electoral burda y “politiquera”.
En una entrevista con este diario a finales de julio, el republicano Dan Crenshaw, uno de los legisladores que se ha enzarzado en los últimos meses con López Obrador, negó que se tratara de una invasión y dijo que, en realidad, su partido propone una colaboración militar más decidida con México. “López Obrador sabe que no vamos a invadir México, son tonterías”, insistió Crenshaw, que forma parte de un grupo de tarea del Congreso contra los carteles. “No puedo creer que los medios, que los demócratas y que AMLO digan algo así. Obviamente, vamos a respetar la soberanía de México”, agregó el legislador texano, que insistió en que su única intención era “ayudar a México”.
La semana pasada, la mayoría republicana en la Cámara baja aprobó un recorte de 60 millones a ayudas a México, en una nueva escalada de las tensiones. López Obrador ha insistido en que su relación con Estados Unidos goza de buena salud y que los canales diplomáticos de cooperación están blindados, pese a las presiones de los republicanos.
Con todo, México está una vez más en el cruce de caminos entre los demócratas y republicanos, con las votaciones de 2024 como telón de fondo. La propuesta de Castro pretende dejar claro el punto de la “invasión” de una vez por todas y reconocer que Estados Unidos no puede intervenir sin la autorización expresa del Gobierno mexicano ni del Ejecutivo estadounidense. El futuro de la resolución se definirá en los próximos días.