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VIDA POLÍTICA

LA UAEM, SUS OBRAS Y SUS 41 MIL JÓVENES EN AULAS. ¿HABRÁ QUIÉN LOS IMPUGNE?

Los hechos dicen más que las palabras y en cuatro años de administración como rector de la Universidad Autónoma del Estado, Alejandro Vera Jiménez ha logrado llevar a lo alto el nombre de nuestra máxima casa de estudios, con acciones y no con verborrea.

El conocer que en cuatro años ha incrementado un 80 por ciento la matrícula universitaria es un hecho inédito y sorprendente, porque durante 18 años antes, el aumento del número de estudiantes no había sobrepasado los 12 mil jóvenes en las aulas.

Cierto es que habrá de reconocer gobiernos anteriores que reforzaron la autonomía universitaria al otorgarle un 2.5 por ciento del total del presupuesto dirigido al estado, que sea solamente para la operatividad del alma mater morelense.

Los seis mil millones de pesos enviados por el gobierno federal para la UAEM, están invertidos en obras como son los claustros en los municipios de Yautepec, Tepalcingo, Atlatlaucan, Tetecala, Miacatlán, Axochiapan y Tetela del Volcán.

No son los únicos, también está la Escuela de Estudios Superiores de Xalostoc, la de Nutrición, la de Teatro, Danza y Música, así como la Facultad de Estudios Sociales del municipio de Temixco.

Y todavía la lista de obras y uso de los recursos públicos están aplicados en la Facultad de Artes, de Medicina, de Contaduría, Administración e Informática, Instituto de Ciencias de la Educación, Profesional de la Región Sur (IPRES), la de Estudios Superiores de Jojutla, de Derecho y Ciencias Sociales.

Hay más como el Centro de Lenguas, los espacios de los sindicatos académicos y administrativos, así como Servicios Escolares y la misma Torre de Rectoría.

Sin embargo, lo más importante está en su principal función que es la academia, con un 98 por ciento de los profesores con títulos de posgrado y eficiencia, calificados por instituciones internacionales y del país.

Son cuatro años en los que la Universidad mantiene grandes cambios y retos, que han llevado en la apertura de nuevos campus, como ha sido llevar por regiones la apertura de los mismos.

Sin olvidar que también debe apoyarse a los municipios, para acortar las distancias entre la UAEM con los jóvenes y evitar sigan siendo presa de la delincuencia al disminuir los costos de traslados y quitar las cuotas de ingresos.

Un ejemplo es el municipio de Tepalcingo, al que acuden al claustro estudiantes de la localidad y cercanas como Jonacatepec, Axochiapan y Zacualpan de Amilpas, en donde reciben la capacitación correspondiente a las necesidades de sus comunidades.

Esto ha sido el principal factor para multiplicar el número de ingresos a la UAEM, mediante una planificación educativa precisa que es diariamente observada por el rector Alejandro Vera Jiménez.

Los universitarios trabajan en colectivo y es así como definen su eslogan como una “Universidad Socialmente Responsable”, al escuchar, proponer y buscar soluciones a los problemas que enfrentan los pueblos de Morelos.

El activismo de los universitarios no es por protagonismos ni para buscar espacios de representación popular a futuro, la esencia en la construcción de las escuelas del nivel superior también es acercar a los habitantes en su vida cotidiana.

Basados en ello, la lucha de los universitarios es histórica al lado de los pueblos donde son establecidas, por ello sobre sale la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que ha estado siempre en las grandes luchas populares.

Para quienes cuentan con conocimiento cultural histórico, hay ex rectores que caminaron con la bandera de las demandas populares, el activismo de Alejandro Vera Jiménez no es nada nuevo en una autoridad universitaria.

Porque atrás de ese activismo social hay 41 mil familias que así lo demandan, que son las de los jóvenes estudiantes, también están las de los sindicatos y organizaciones que hay al interior de la vida del alma mater.

Quien piense que la única actividad de un rector o cualquier universitario es estudiar, dar cátedra o llenar cuadros estadísticos está equivocado, su posición es estar siempre del lado de las grandes luchas.

Los rectores de antaño de la UAEM que solamente posaban en las fotos oficiales quedaron atrás y para los anaqueles, las cuentas de los universitarios están claras y lo reflejan mediante el incremento del 80 por ciento de la matrícula.

La transparencia no basta solamente decir cuánto tengo, cuánto doy, cómo soy y para quién vivo, es un ente más allá que debe ser constatado en los hechos y no por calificaciones simples de organismos que dependen de una misma persona.

¿Habrá quien impugne a 41 mil estudiantes universitarios en las aulas y en las calles?. Porque cierto es que también con la protesta suele aprenderse, sobre todo cuando hay un estado desigual en una brecha de pobreza que suele crecer y no hay formas de detenerla.

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