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DÍA CON DÍA

Terribles días, días de no confundir

 

Terribles días de odio, venganza y confusión moral ha traído al mundo el ataque terrorista de Hamás sobre Israel.

Fue un ataque genocida, pues se proponía matar y secuestrar a israelíes por el hecho de serlo, guiado por dos cálculos políticos: interrumpir las negociaciones con Arabia Saudita en la región, y encender la ira del pueblo israelí.

La barbarie triunfó parcialmente en las dos cosas: interrumpió hasta la idea misma de una negociación y encendió la llama de la venganza en las víctimas.

La idea justa de que Israel tiene derecho a defenderse, se convirtió muy rápido, en boca de su primer ministro Netanyahu, en la idea de que Israel tiene derecho a una represalia brutal, inolvidable por generaciones.

La ira sin rienda de Israel, leída por Netanyahu, cayó de inmediato sobre la franja de Gaza, donde viven, cercados, dos millones de palestinos, junto con los terroristas incrustados de Hamás.

Electricidad, agua y alimentos fueron cortados para todos los habitantes de Gaza y empezaron los bombardeos sobre los nidos de Hamás.

Los bombardeos dejaron hasta ahora casi 3 mil muertos y 10 mil heridos, la mitad mujeres y niños, la otra mitad, en su inmensa mayoría, pobladores inocentes, ajenos a Hamás.

Hace dos días el gobierno de Netanyahu emitió una orden de evacuación hacia el sur de Gaza, con plazo de un día, para el millón de habitantes que viven en Gaza del norte.

Se trata de una evacuación incumplible e inhumana, que anticipa algo peor: la invasión de Gaza por el ejército israelí, cosa que no puede ser sino una catástrofe de proporciones bíblicas. Sería el equivalente de una respuesta terrorista israelí a las provocaciones terroristas de Hamás.

Israel tiene que domar su ira y encontrar el justo medio de su derecho a castigar la agresión de que ha sido víctima.

La proporción que necesita no está en sus emociones, ni en su gobierno, inepto y fundamentalista, sino en las leyes de la guerra del derecho internacional. (Mañana, un apunte sobre eso).

Por lo pronto, no hay que confundir la ira con la justicia, el terrorismo de Hamás con la causa palestina, ni el gobierno de Netanyahu con la historia y el derecho a la vida de Israel.

Ámbito: 
Nacional