Mancera y todo el PRD, contra López Obrador
La historia resulta increíble. Hace pocos más de tres años —en julio de 2013—, presumían al mundo su amorío político a toda prueba. Hoy —gracias a la ambición de poder— están enfrentados a muerte.
Y para nadie es secreto “la pelea mortal por necesidad” entre el jefe de Gobierno, Miguel Mancera, y Andrés Manuel López Obrador; aventajados presidenciables para 2018, de las izquierdas del PRD y Morena, respectivamente.
Y si existía duda sobre el tamaño y el talante de la pelea entre amarillos y morenos, Mancera lanzó un severo ultimátum al PAN —de que no espere alianza en 2018—, pero sobre todo a López Obrador a quién advirtió que el PRD no buscará y tampoco aceptará una alianza electoral con la Morena de AMLO.
Y está clara la contundencia del mensaje. ¿Por qué?
1. Porque confirma la hipótesis de que para conseguir una candidatura presidencial, todo aspirante requiere el control del partido que apoyará dicha candidatura. Y a través de Alejandra Barrales, el señor Mancera tiene el control del PRD.
2. Porque al excluir al PAN y a Morena de una potencial alianza para 2018, Miguel Mancera abre la puerta al PT, al Movimiento Ciudadano, a la CNTE y a otros grupos afines a una izquierda propositiva, más que destructiva.
Pero además del deslinde de Mancera respecto del PAN, de Morena y de AMLO, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, fue aún más claro y pidió al PRD iniciar un proceso de expulsión de militantes amarillos que desde hoy trabajan a favor “del caudillo”. De AMLO, claro.
Algo similar propuso —en su momento— el gobernador Graco Ramírez, de Morelos, enemigo de AMLO. También por eso, las mafias afines a AMLO hacen todo por desestabilizar Morelos. Ello sin exentar que Graco es el peor gobernador que ha tenido Morelos.
Pero la historia del desencuentro Mancera-AMLO es vieja.
Primero debemos hacemos memoria para recordar que entre Mancera y AMLO no todo ha sido pleito. En realidad, como dijimos al inicio, todo empezó con un gran amorío político que arrancó el 5 de enero de 2012, día que Macera tomó posesión como jefe de Gobierno. En esa fecha AMLO lanzó el siguiente tuit. “Saludo a Miguel Mancera, hombre recto y capaz, que estará a la altura de la gente informada, progresista y fraterna de esta gran ciudad” (10:44 am / 05 de diciembre de 2012).
Luego vino el abrazo de “amigos”, en julio de 2013, cuando AMLO y Mancera vistieron el uniforme del equipo “Amigos” de beisbol. El 11 de julio de 2013, así narramos el amorío. Dijimos: “La imagen lo dice todo. Juntos, codo a codo, en el diamante de beisbol, portando la franela del equipo ‘Amigos’, se exhiben Obrador y Mancera”. El mensaje era la alianza de AMLO y el jefe de Gobierno, para los comicios de 2015.
Pero una vez que Mancera cumplió su palabra y entregó buena parte de la ciudad capital a Morena —que por poco arrebata toda la Ciudad de México al PRD—, vino la traición de AMLO, quien en febrero de 2016 calificó a Mancera como “traidor al movimiento” —con todo lo que eso signifique—, y lo consideró parte de “la mafia del poder”.
Después, el 15 de mayo, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, AMLO dijo que al ex presidente Salinas “le simpatiza Miguel Mancera como candidato presidencial”. Era evidente la preocupación de AMLO por la carrera presidencial de Mancera, a quien mandó demoler mediante el bloqueo de todas las acciones de gobierno.
Y en mayo de 2016 vino el rompimiento total. AMLO lanzó un grosero tuit contra Mancera. “En la mafia en el poder hay niveles. Mancera es de los intermedios, pero encabeza la pandilla del PRD que reparte tinacos, dinero y amedrenta”.
Pero nadie se equivoque. La batalla apenas empieza.
Al tiempo.