La encuesta de EL FINANCIERO indica que la ciudadanía de la capital del país prefiere a Omar García Harfuch como candidato de Morena a jefe de Gobierno.

Las clases medias pesan y votarían por él.

Pero la base sólida de ese partido está con Clara Brugada.

Claudia Sheinbaum apostó alto al lanzar la precandidatura de su jefe de Policía.

De tal suerte que si Morena le niega la candidatura al Gobierno de la Ciudad de México a Omar García le estará dando un balazo en el pie a su candidata presidencial.

O quizá no en el pie, sino más arriba.

Son capaces, por su conformación tribal y sectaria, pero el costo a pagar es demasiado alto. Pueden perder su bastión del altiplano.

Y, mayor aún, porque Claudia Sheinbaum llegaría debilitada a las elecciones, con una derrota donde menos se espera: dentro de su partido.

El mensaje del Estadio Azul fue serio.

Omar García Harfuch recibió el respaldo de la candidata y exjefa en el Gobierno de la ciudad, porque ella piensa en su elección.

Lo hizo con una visión pragmática, de lógica elemental: lograr el triunfo en la capital del país, donde Morena no lo tiene seguro.

Sin la Ciudad de México se le complica ganar la Presidencia.

Que gane la oposición la capital del país y ella la Presidencia, sería gobernar bajo presión.

Recordemos que Morena no sabe convivir ni acordar con quienes piensan diferente y no se les someten.

Sheinbaum presidenta y Lía Limón o Sandra Cuevas jefa de Gobierno, sería una pesadilla para la mandataria morenista.

La izquierda social que abandera Clara Brugada consta de una sólida base en la CDMX, siempre la ha tenido, pero no gana por sí sola.

Aquí la elección la definirán las clases medias, y ese segmento no tiene una buena relación con Morena porque fue ofendida por el Presidente con sus críticas al “aspiracionismo”.

En la Ciudad de México, 58 por ciento de los hogares se considera de clase media, contra 40 por ciento en las otras 31 entidades del país.

¿Quieren ganar? Reconcíliense con las clases medias, porque en los sectores pobres ya tienen una base sólida.

Esa fue la razón que llevó a Sheinbaum a darle alas a Omar García Harfuch, y a estas alturas no se las puede cortar.

La oferta de García Harfuch es la seguridad, que es la prioridad de las clases medias. Con esa bandera y ese candidato, Morena puede recibir los votos que perdió en 2021.

¿Se obstinan en dejarlo fuera con una encuesta a modo?

Excelente, porque la oposición tiene a un par de figuras muy competitivas si la rival es Clara Brugada. Con García Harfuch en la boleta, se complica.

Buena parte de los defectos que la izquierda tradicional ve en el exjefe de la Policía, para las clases medias de la Ciudad de México, e incluso las altas, son virtudes.

Ha hecho lo que debió hacerse a nivel nacional con los cárteles: combatirlos para evitar que tomen la capital.

No ha seguido la línea federal de tolerancia y buen trato a los capos del crimen y las drogas, razón por la cual el Cártel Jalisco Nueva Generación lo quiso matar.

Desde luego que estamos lejos de tener una ciudad modelo en seguridad, pero no hay comparación con lo que se vive en otros estados.

Esa tozudez de Omar García, de llevar su propia estrategia que ha defendido a la ciudad de matanzas y regueros de descuartizados en las calles, como se dan en la mayoría de las entidades, la población la agradece.

Contra él han cerrado filas los radicales de la izquierda y personas respetables, de mentalidad progresista, que simpatizan con Morena.

Es un pleito interesante, que importa no sólo a ese partido sino a la oposición.

Si se cae la candidatura de Omar García, Sheinbaum será vista como una figura de ornato, sin fuerza para sostener una decisión.

Pierde ésta, y perderá todas las otras.

No será la jefa del movimiento, sino únicamente el rostro que aparecerá en la boleta.

El futuro de Sheinbaum está íntimamente ligado a lo que suceda con la candidatura de Morena en la Ciudad de México.