Priorizar la salud de la población es una de las grandes cruzadas de todos los gobiernos del mundo. Salud, techo, educación, alimentación y agua potable, inter alia, no compiten entre sí, pero contar con buena salud es indispensable. Sin ella, los enunciados previos tropiezan. Ofrecer salud adecuada, digna, constante, de calidad no es fácil. Pocos países consiguen brindarla a la mayoría de sus habitantes. Las diferencias entre las naciones que cumplen ese rubro con las que fracasan, se deben, sobre todo, a su solvencia económica, a la distribución de recursos entre sus habitantes con equidad y a la magnitud de los hurtos de las raleas políticas. En México, la derrota es inmensa, tanto bajo la égida de los gobiernos previos como del actual. Sin salud adecuada, las oportunidades de competir son enjutas.
Las naciones donde la salud es entelequia son injustas. México es injusto. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su séquito han buscado mejorar las condiciones de salud por medio de médicos cubanos. En la primera remesa, en 2018, arribaron 500 galenos; ahora suman 700. Nuestro Gobierno ha expresado su agradecimiento a los dirigentes cubanos por su solidaridad con nuestra nación. Mientras tanto, vide infra, los servicios médicos en la Isla se resquebrajan. Poco o nada sabemos de los doctores caribeños afincados en nuestro país. Poco o nada significa conocer cuál es su nivel de preparación, dónde se encuentran, cuántas horas trabajan cada día, si tuvieron que aprobar los exámenes médicos de conocimiento como lo hacen los galenos en México, si vinieron motu proprio, si acaso son especialistas como aseguran en el Gobierno, si ganan igual que sus pares mexicanos, si algunos han huido hacia Estados Unidos u otro país, si entre ellos hay, como lo requieren las comunidades pobres, médicos familiares, y… un largo etcétera que dejo en manos del lector.
En 2018, había 125 millones de mexicanos; en 2022, había 130 millones. En 2018, 20 millones no tenían acceso a la salud. En 2022, la cifra aumentó a 50 millones. López Obrador, como es su costumbre, responsabilizó de la catástrofe actual al período neoliberal.
En 1994 fui invitado a Cuba para atender y/o orientar al gran director de cine, Tomás Gutiérrez Alea. Cuba, lo corroboré, tenía uno de los mejores sistemas de salud del mundo. Los habitantes contaban con médicos y fármacos. Cuando un paciente no se presentaba a su cita, el galeno acudía a su casa. La mortalidad infantil era menor que en Boston, paraíso de la medicina estadounidense. La situación ha cambiado drásticamente.
“La gran potencia no tiene médicos: padres de niños enfermos denuncian la crisis de salud en Cuba”, reza un encabezado de El País, (21 octubre, 2023). Amén de la escasez de fármacos, se habla del éxodo de personal sanitario de la isla. De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba, 12.000 médicos han abandonado el país en los últimos años. Antaño Cuba fue potencia sanitaria; ahora su resquebrajado sistema de salud remeda al de las naciones más pobres. Al parecer, amén de la falta de personal y de material médico y quirúrgico, los galenos ni siquiera cuentan con papel para escribir sus recetas.
La UNICEF ha documentado carencias nutricionales en infantes y ha sido enterada de al menos 1.000 menores de edad desprotegidos por el gobierno cubano. El Gobierno no cuenta con los medios para ocuparse de sus enfermos.
Las contradicciones son evidentes. En mayo de 2023, López Obrador comentó, “Agradecemos al pueblo y al Gobierno de Cuba, que también nos está ayudando, porque ya son 700 los especialistas de Cuba que están trabajando en hospitales de México, en el IMSS Bienestar”. Como parte de sus disquisiciones agregó, “a pesar de que hay 100 escuelas de medicina, no se forman suficientes especialistas, pues en el periodo neoliberal se les negó el acceso a los estudiantes con el pretexto de que no acreditaban el examen de admisión”. Los encargados de la salud en México deberían haberle explicado que no hay nación en el mundo en donde el examen de admisión no sea obligatorio. Bien lo saben los médicos mexicanos.
Agrego. En 2022, la Sociedad Mexicana de Salud Pública informó que había 51.000 médicos desempleados y subcontratados. El mismo año, la Academia Nacional de Medicina reportó que 16% de los médicos mexicanos deben abandonar la profesión por falta de oportunidades de empleo. Entonces: ¿por qué y para qué contratar médicos cubanos?; ¿acuden motu proprio o son enviados por intereses oscuros?
Organizaciones internacionales como Prisoners Defenders, ONG española sin fines de lucro, dedicada, inter alia, a la defensa jurídica de casos de violaciones de derechos humanos, ha señalado que dichas contrataciones son una suerte de esclavitud moderna en la cual el 75% u 80% de los ingresos se destinan al régimen cubano. De acuerdo a la ONG, las violaciones a los médicos se puede denominar proxenetismo laboral.
El sistema de salud mexicano no necesita médicos cubanos. Los galenos de la Isla no acuden por ideales quijotescos. Lo hacen por razones que ellos mismos deberían explicar. Los asesores en salud de López Obrador deberían mostrarle la realidad de la medicina cubana en Cuba.