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Cuauhtémoc Blanco: Un Alcalde Militarizado

“Las armas son instrumentos de mala suerte; emplearlas por mucho tiempo producirá calamidades. Como se ha dicho: ‘Los que a hierro matan, a hierro mueren’. Cuando tus tropas están desanimadas, tu espada embotada, agotadas tus fuerzas y tus suministros son escasos, hasta los tuyos se aprovecharán de tu debilidad para sublevarse. Entonces, aunque tengas consejeros sabios, al final no podrás hacer que las cosas salgan bien”. Esta enseñanza de Sun Tzu, tomada de su escrito de El Arte de la Guerra, al inicio del capítulo II, “Sobre la iniciación de las acciones”, describe lo que pasa y a la vez anticipa lo que vendría en el municipio de Cuernavaca, específicamente en torno a la figura del presidente municipal Cuauhtémoc Blanco Bravo. Como muestra de lo anterior, están los momentos de tensión que se vivieron este miércoles en las afueras del ayuntamiento capitalino cuando quedaron frente a frente integrantes de la Asociación Cívica "Gustavo Salgado Delgado" y miembros del Ejército Mexicano que custodian al munícipe. Y es que la presencia de los militares en torno a la figura del ex futbolista que hoy tiene la responsabilidad de gobernar la capital del estado de Morelos, se ha convertido en un “instrumento de mala suerte”, máxime porque la tarea del militar no es preventiva, ni de negociación, ni de disuasión social, sino de exterminio, de aniquilación del enemigo, de muerte pues. “Al Ejército se le pueden causar algunas bajas en emboscadas y ataques sorpresivos, pero en un enfrentamiento directo es imposible vencerlo. Los militares están entrenados, preparados y dispuestos para llegar hasta las últimas consecuencias cuando son víctimas de un ataque, una agresión o hasta un simple tiro al aire. El mecanismo defensivo-ofensivo, se pone en marcha y no termina sino hasta la eliminación del enemigo”, escribió Rafael Cardona en su columna El Cristalazo Semanal del 28 de septiembre del 2014: Lo grave es que, en la lógica del actual Ayuntamiento de Cuernavaca, el aparente enemigo son los propios ciudadanos. Y ante esto, los militares que custodian al alcalde, ¿deberán protegerlo incluso de sus propios gobernados, de su inexperiencia y de la inoperancia política de sus funcionarios, que aún cuando son sus subordinados, actúan como sus dueños? Si bien, aún persiste la luna de miel de Cuauhtémoc Blanco con sus seguidores ganados en el ámbito deportivo y en el mundo de la farándula, queda claro que su negativa a gobernar, a enfrentar personalmente los problemas, a no atender a quien representa, a viajar en una camioneta valuada en más de 1 millón y medio de pesos junto con una comitiva que incluye dos patrullas militares, le están causando un rápido desgaste. Y si a esto le sumamos la probada incapacidad de varios de sus allegados y la proclividad al dinero fácil y a la traición de muchos de ellos, que además no desaprovecharían la debilidad del alcalde para sublevarse, como bien anticipa Sun Tzu, provocarán que “aunque tenga consejeros sabios, al final no podrá hacer que las cosas salgan bien”. Y en este escenario, Cuernavaca y todos quienes en ella viven, seguirán perdiendo como desde hace varios, varios años.

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