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Lecciones desde Puerto Rico
 
 

 

Jeff Zimmerman es investigador y profesor de medio ambiente en Luquillo, Puerto Rico. En 2017, vivió e investigó el huracán María, de categoría 4, que azotó la isla caribeña. Desde entonces, ha estudiado cómo el cambio climático ha empeorado las temporadas de huracanes.

Ha visto, también, cómo la falta de planeación de los desarrollos urbanos y la falta de políticas públicas adaptadas a temporadas de tormentas en océanos más cálidos tienen efectos devastadores no solo sociales, sino también económicos. Esta semana, el trabajo de Zimmerman apareció en una publicación de la NASA sobre el huracán Otis en Acapulco.

En el artículo, que publicó el Observatorio de la Tierra de la NASA, se observan imágenes de satélite de Acapulco a finales de septiembre y de octubre, después de Otis. De los colores verdes intensos en la primera foto, en los campos en las afueras de la ciudad, la segunda imagen cambia dramáticamente a color marrón. También está de ese color la Laguna de Tres Palos. Hablé con Zimmerman por teléfono sobre estas imágenes.

Me dijo que veía daños similares a los que encontró en Puerto Rico después de María. Allí, Zimmerman desarrolló una investigación sobre los daños en la vegetación local. Logró explicar por qué las afectaciones de un huracán como Otis y María van más allá de la agricultura. Llegan hasta el equilibrio de los bosques tropicales y su capacidad para captar el carbono. Esto, al final, termina contribuyendo al cambio climático.

"El color marrón que vemos ahora alrededor de Acapulco es como el que verías en un invierno intenso en Nueva York, con los árboles completamente secos", me dijo Zimmerman. En Acapulco, ayudó que la ciudad está rodeada de montañas y eso frenó muy rápido el huracán, que se deshizo poco después de tocar tierra. Por eso, explicó el investigador, "el daño es grave pero no está muy extendido".

Pregunté a Zimmerman cuáles son las consecuencias para la agricultura. "Estas tierras tardarán al menos dos años en recuperarse", me dijo. "Estarán empezando desde cero. El primer año será para que se recupere la tierra y el segundo podrán tener algunos cultivos".

Hasta ahora, los planes que ha anunciado el gobierno para la recuperación de la región están más enfocados en el censo de viviendas afectadas y sus reparaciones. Además, están los beneficios fiscales y préstamos que ofrece la administración obradorista, principalmente a empresas relacionadas con el turismo. Pero hay menos detalles sobre los apoyos al campo, hasta ahora.

Para los investigadores que estudian estos fenómenos, y los largos ciclos de recuperación, es importante que las autoridades modifiquen las políticas públicas para actuar mucho más rápido ante un evento como este.

El año pasado, la revista Nature publicó un estudio de varios investigadores de Estados Unidos y Reino Unido sobre los huracanes de rápida intensificación. En la jerga científica, son fenómenos que aumentan de categoría y, por ende, de peligrosidad, en apenas unas horas. Así sucedió con Otis, que pasó de una tormenta tropical a un huracán categoría 5 en menos de un día.

El estudio analizó ciclones ocurridos entre 1982 y 2017. Los investigadores encontraron que los efectos del cambio climático, como el calentamiento de los vientos y de los océanos, provocaban no solo más huracanes, sino que se intensificaran más rápidamente. Otros estudios recientes muestran tendencias similares.

"Estos sitios de costa deben estar mucho mejor preparados para actuar muy rápido", me dijo Zimmerman. "En el caso de Acapulco hubo un elemento de mala suerte, porque el huracán tocó tierra justo enfrente de la ciudad, pero también es algo que podemos ver más en años siguientes, con más huracanes de intensificación rápida".

Ahora, el gobierno mexicano ha hecho una declaratoria de emergencia, ha anunciado que invertirá más de 60 mil millones de pesos en un plan de reconstrucción y hasta un "Plan Billetes" para entregas directas de dinero.

Esto ayudará a Acapulco, en el corto y mediano plazo, especialmente a las zonas urbanas. En el campo, donde ya han vivido en el azote de la pobreza y la violencia, el terror entre la gente, como la preocupación entre los científicos, es cuándo van a recuperar sus cultivos y cuándo, después de eso, la tormenta puede volver a empezar.

 

 

@penileyramirez

Ámbito: 
Nacional