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EL ASALTO A LA RAZÓN

No soporta el oficio periodístico

El desconocimiento craso del periodismo y sus características elementales explica las agresiones, insultos y descalificaciones contra sus oficiantes que suele proferir el presidente López Obrador.

La semana pasada (mañanera del miércoles), una sencilla y lógica pregunta lo sacó de sus cabales: —Presidente, solo la precisión por cifra de fallecidos. Ayer ustedes, como gobierno de México, nos indicaban 48 fallecidos, y escuchamos a la gobernadora informar de 45. ¿Cuál es la cifra? —Sí, es que es constante la actualización, y se está haciendo con la participación de la fiscalía del estado —respondió... y siguió de largo: —Porque se distorsiona mucho el manejo de la información. Más que nada, se manipula por los medios de información convencional. Antier tuve que hablar sobre este tema, porque estaban como buitres buscando fallecidos.

Lo de los 48 se le aclaró, venía en “el documento del gobierno de México, un boletín del gobierno de México...”.

“Sí sí, ahora lo vamos a aclarar, pero estoy hablando de la actitud tan vil de la mayoría de los medios de información, que son de manipulación...”.

Obvio que quería hablar de eso y lo siguió haciendo, pese a que ya había dado respuesta esencial a la pregunta.

En el desarrollo de su más prolongado “diálogo circular” (así llama a sus conferencias y soliloquios) quedó clarísimo el motivo de su nada nueva, pero, ese día, extraordinaria embestida contra periodistas y propietarios de “medios de información convencional”: el Presidente ignora de qué se ocupan prensa, radio y televisión y, peor todavía, los confunde con la mucha basura que circula en el vecindario cibernético en que “trabajan” muchos de sus lambiscones con derecho de apartado.

Reportear sobre muertos y desaparecidos en cualquier desgracia no es una tarea de “buitres” (como no lo fue llevar el registro de los más de 700 mil fallecidos por la pandemia que su gobierno, criminalmente asesorado por Hugo López-Gatell, trató sin éxito y hasta la fecha de restar importancia).

¿Tampoco sabrá que para su correligionaria, la alcaldesa de Acapulco (primera autoridad en el centro de la desgracia que enalteció el pillaje y la rapiña como actos de “cohesión social”), los fallecidos eran solo 13?

AMLO mezcla la información difundida por reporteros locales y enviados especiales con mensajes venenosos, infames y deliberadamente falsos que ningún periodista “convencional” subiría a las redes.

De esa ignorancia y de esa confusión lo que resultó fue una sarta de injurias contra empresarios y periodistas a quienes debiera agradecer que estén cumpliendo su única responsabilidad: informar a la sociedad lo mejor que pueden.

Joaquín López-Dóriga me evitó hacer el recuento de insultos que el Presidente de México les propinó: “Manipuladores, buitres, viles, aprovechados, privilegiados, zopilotes, mentirosos, calumniadores, irresponsables, corruptos, inmorales, deshonestos, opositores, ladrones, provocadores, perversos, hipócritas, de malas entrañas, decadentes, saqueadores, basura...”.

Ámbito: 
Nacional