Pedro Kumamoto irrumpió en 2015 en la escena política de México con la promesa de ser el azote de los partidos políticos tradicionales. Sin dinero, sin una gran estructura y con un discurso fresco e irreverente, el político se presentaba con la promesa de acabar con los despilfarros, la corrupción y las añejas promesas de cambio que nunca se cumplían. Con apenas 25 años, fue el primer candidato independiente que se hizo con un lugar en el Congreso de Jalisco y el único aspirante ciudadano que dio el salto a los titulares sin militar durante décadas en las fuerzas políticas que habían dominado el país. Casi una década más tarde, su discurso ha dado un viraje que hasta hace días hubiera sido impensable. El político anunció que Futuro, su agrupación, irá en alianza con Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, en las próximas elecciones. “Lo más importante es que debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que en Jalisco haya un cambio”, afirmó el político de 33 años.
La noticia ha caído como un balde de agua fría en muchos sectores de la política y la sociedad civil. Para unos, la decisión reduce aún más el espacio que había para los independientes en la política mexicana. Para otros, se trata de un mero acto de supervivencia que permitirá a Kumamoto seguir defendiendo su agenda ahora desde una coalición. “Aliarte con el partido que ataca a la Suprema Corte de Justicia y que quiere controlarla, que quiso desaparecer el Instituto Nacional Electoral (…) para mí, hace perder muchísima credibilidad”, escribió el líder del PAN, Marko Cortés. “Según él estaba en contra de los partidos políticos y se va al peor”, “¿En esto terminó el esfuerzo de ciudadano independiente?”, le criticaron en redes sociales frente a otros que le aplaudieron: “Ojalá hubiera muchos más Pedros Kumamotos en México: políticos honestos y con principios, pero con una comprensión realista de las cosas”.
El político de Zapopan se ha convertido en uno de los principales críticos de Movimiento Ciudadano (MC), el partido que ha gobernado Jalisco en los últimos cinco años de la mano de Enrique Alfaro. También, hasta ahora, era de los principales críticos de Morena, la formación que llegó a la presidencia en 2018 con López Obrador. “Jalisco es de los Estados que más se le van a resistir a Morena en las próximas elecciones así que no le viene mal sumar un partido pequeño con cierta preferencia que podría ayudar a cerrar esa brecha con Movimiento Ciudadano”, señala Karolina Gilas, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. En la coalición también están el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido del Trabajo (PT) y Hagamos, un pequeño partido local socialdemócrata de reciente creación.
Llama la atención que el propio Kumamoto, hace no mucho, pedía frenar el avance de Morena en su municipio, durante las elecciones de 2021. Ahora la historia es otra. “Consideramos que esta es la opción política para hacer un gran cambio y ponerle fin a los gobiernos naranjas [en referencia a MC]. No les podemos permitir que nos sigan robando el futuro, que nos sigan robando la alegría incluso”, ha señalado este lunes en una comparecencia pública ante la prensa y la militancia. Aunque todavía se desconoce si Kumamoto contenderá a alguna candidatura, hay quienes señalan que podría presentarse a la presidencia municipal de su ciudad por Morena.
La decisión ha sido cuestionada tanto por sus rivales, como por quienes vieron en él una alternativa a la vieja política. “Kumamoto ha sido de los mas críticos con el tema de la militarización, por ejemplo, y todas las señales apuntan a que Sheinbaum no va a romper con esta medida. Posiblemente una parte de la gente que le apoyó no lo siga haciendo”, señala Gilas. El político había sido también particularmente crítico con los partidos pequeños que hacían alianzas con otras formaciones más grandes para garantizar su supervivencia. Aunque desde Futuro aseguran que su registro no está en juego, hay quienes lo han utilizado para atacarles. Nadie puede olvidar aquel futuro prometedor que pintaba Kumamoto en 2015. Tras una campaña con apenas 250.000 pesos, ganó el 38% de votos en el Distrito 10 de Jalisco, lo que lo catapultó a la fama. El brillante líder estudiantil del ITESO marcaba un antes y un después en la política nacional. Se convirtió en la cara visible de un movimiento ciudadano que seguía los pasos de otras formaciones, como es el caso de Podemos en España.
En septiembre de 2017 anunció su interés de ser candidato independiente al Senado de la República, con la ayuda de la organización Wikipolítica y su organización Somos un bosque, sin embargo, perdió las elecciones y quedó en tercer lugar con 761.812 votos. Después de aquello, creó un nuevo partido: Futuro, y fue elegido regidor de Zapopan, cargo que desempeña desde el 1 de octubre de 2021. “Reconoció que ser independiente no era suficiente para alcanzar sus objetivos políticos y para tener incidencia necesitó un partido, aunque tampoco fue muy exitoso”, señala Gilas. “Ese año fue un primer punto de quiebre porque reconoció que las candidaturas independientes no son vehículos para alcanzar la política federal. Quizá sí a nivel municipio, pero no tienen estructura o recursos que te permitan otras proyecciones, algo que Morena sí tiene”, remarca.
Sin embargo, otras voces consideran que la decisión de Kumamoto debe entenderse en el contexto local de Jalisco y la hegemonía que representa Movimiento Ciudadano en el Estado. Según ese punto de vista, el apoyo del político a Morena parece la única alternativa viable para afianzarse como un contrapeso al partido naranja, buscar la alternancia en Jalisco y tener opciones más claras para asegurar su supervivencia y vigencia como político. “Hay que entender el contexto. Viene de 10 años de lucha marginal, justa, honesta... y ahora toma la decisión de salir de cierta marginalidad para sumarse a un proyecto. Uno puede quedarse de brazos cruzados o, si realmente quiere cambiar las cosas, va a tener que hacer alianzas”, menciona Carlos Pérez Ricart, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). “Es una decisión valiente. Hay un sector que va a estar decepcionado, pero otros lo verán como una alternativa real. Hacer política de verdad es hacer negociaciones”, agrega.
Gilas considera que estos cambios en la política mexicana no son “tan raros”, sin embargo, coincide con Pérez Ricart en que el rasero que se está aplicando a Kumamoto no es el mismo que se aplica a otros políticos por lo poco común que ha sido su figura en el panorama nacional. “Kumamoto nos deja una enseñanza muy valiosa en política: nunca digas nunca. Es posible que tus enemigos de hoy, se conviertan en tus amigos de mañana”, sentencia.