Florestán
Cuando la noche del jueves 7 de septiembre el presidente López Obrador entregó un bastón que llamó de mando a Claudia Sheinbaum, se tomó una foto en una azotea llevando como fondo el iluminado escenario del Templo Mayor en la que ella aparecía sosteniendo el adminículo, atenta a un Presidente que miraba, altivo, hacia su palacio.
El mensaje para entusiastas y bisoños era la cesión de eso, el poder, hasta que se cruzó la decisión de Claudia por el mejor funcionario de su gobierno, Omar García Harfuch como su precandidato al gobierno capitalino.
García Harfuch nunca fue de las cercanías de López Obrador. Durante su gestión nunca lo mencionó por su nombre. Ni siquiera lo citó tras el atentado del CJNG en su contra en pleno Paseo de la Reforma el 26 de junio de 2020, donde salvó la vida de milagro, no así tres de sus colaboradores. Vamos, ni siquiera le llamó al hospital.
Pero Claudia tenía un bastón de mando, le habían dicho, y con ese lo eligió como su precandidato por Morena, partido que por su parte, con el apoyo de los duros y del grupo palaciego, promovió a una de las suyas, Clara Brugada, que al final, tras perder las encuestas ante Omar por una diferencia de tres a uno, se hizo de la candidatura por la cláusula de equidad, dejando afuera al elegido de Sheinbaum.
En esta primera diferencia pública entre el Presidente y su candidata confirmo una cosa y derivo otra: el bastón que le dio no es de mando y que si Brugada no pudo ganar un proceso interno de Morena, menos podrá ganar una elección en Ciudad de México, lo que dependerá, también, del candidato del Frente Opositor, incapaz hasta de hacer funcionar un teleprompter para el principal discurso de su candidata presidencial.
Pero con Brugada, el escenario parecería inmejorable.
RETALES
1. 2030. Marcelo Ebrard permanecerá en Morena tras dos conversaciones con Claudia Sheinbaum. No ha visto al Presidente desde que renunció y, por lo visto, ni lo verá. Ayer me dijo que todo fue, y será, con Claudia. Y me aseguró que buscará la Presidencia en las elecciones de 2030;
2. LAVADO. El Presidente desaparecerá a miles de desaparecidos en la lista oficial de su gobierno que alcanza 113 mil desde 1964, que se empezaron a contar, y que en su sexenio superan los 46 mil. Dijo que la contabilidad fue un ataque en su contra. Y todo, señaló alguna vez, porque en el sexenio de Felipe Calderón fueron 17 mil y él los triplicará al terminar su gobierno; y
3. CESTO. Hugo López-Gatell fue enviado por los morenistas al basurero del partido, tras su fracaso, otro, como precandidato al gobierno de CdMx. Este fracaso no tiene importancia con el otro, el gravísimo de la pandemia por el que algún día habrá de responder ante los deudos de 800 mil fallecidos por su criminal política sanitaria.
Nos vemos mañana, pero en privado