La candidata de la oposición conservadora de México, Xóchitl Gálvez, ha celebrado en un mensaje de redes sociales la victoria del ultraderechista Javier Milei en Argentina: “¡En Latinoamérica soplan vientos para mejorar nuestros países!”, ha escrito. “Mi reconocimiento por esta histórica jornada electoral. Felicitaciones al presidente electo”.
El mensaje de Gálvez no deja de sorprender, puesto que ella no se declara abiertamente de derechas, mucho menos de ultraderecha. “Yo no soy una mujer casada con una agenda de ultraderecha, yo soy una mujer de libertades”, declaraba en entrevista con este periódico a principios de septiembre. Preguntada entonces sobre la posibilidad de ganar las elecciones presidenciales de junio de 2024 sin hacer un guiño a la ultraderecha mexicana, respondió que tendrían que hacerlo otros, no ella.
Pero la felicitación a Milei ha de entenderse en clave política y electoral. Quizá la candidata ve ahora una fortaleza en ese mensaje, algo que le pueda atraer votos desde un ángulo ultraconservador que no puede desperdiciar. Gálvez se presenta por un conglomerado de partidos, el PAN, el PRI y el más izquierdista PRD, que aglutinan un arco enorme de ideologías, pero sabe que su campo está en el ala conservadora para combatir la fuerza de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, que reivindica su espacio a la izquierda de estos partidos.
Milei ha ganado las elecciones argentinas con un 55,69% de los votos, sumando casi 14,5 millones de apoyos, frente a los 11,5 de su adversario Sergio Massa. El candidato de La Libertad Avanza se sitúa al lado de líderes como el brasileño Bolsonaro, el estadounidense Donald Trump o la ultraderecha española que representa Vox. Por eso aparece descuadrada la felicitación de Gálvez, cuando en México se presenta a las elecciones Eduardo Verástegui, ese sí ultraderechista.
Las fuerzas más reaccionarias de todo el mundo se reunieron en México hace un año en un encuentro en el que Verástegui era el anfitrión. En un par de jornadas de conferencias, se pudieron escuchar mensajes del chileno José Antonio Kast, del hijo de Bolsonaro, Eduardo, o de Steve Bannon entre otros. Milei también participó en ese encuentro, en el que la columna vertebral que unía a todos era su desprecio hacia el comunismo, la comunidad LGBT y el feminismo. Por el lado contrario, la familia, la religión y la patria concentraban la ideología común a todos ellos.
Los planes políticos de Milei poco tienen que ver con los que ha programado la candidata mexicana. Gálvez se ha pronunciado por dar continuidad a los servicios sociales para los desfavorecidos, por una sanidad y educación públicas, mientras que esas carteras son para Milei prescindibles. Y los derechos, el reconocimiento y el bienestar de los pueblos indígenas en los que Gálvez se encuadra están muy lejos de ser la prioridad del argentino.
Pero las elecciones mandan. Gálvez habrá visto una oportunidad electoral en este mensaje. O simplemente considera que en realidad, la victoria de la ultraderecha en Argentina augura mejores tiempos para Latinoamérica.