Obras inconclusas, falta de inversión y rechazo social de las obras frenan el crecimiento industrial en la región
El parque industrial de la región oriente, ubicado entre los municipios de Ayala y Cuautla, fue construido en la década de 1980 con la intención de ser un detonante económico para esta franja de Morelos, dados los beneficios geográficos del municipio; sin embargo, sus objetivos parecen haber quedado en medio del camino.
Actualmente, el parque industrial es sede de 25 empresas, entre ellas, Pemex, Saint Gobain y Bimbo, y da empleo a mil 400 personas. La llegada de los servicios básicos, como agua, electricidad, recolección de basura y seguridad, crece a paso lento.
“Lo que le hace falta al parque industrial es inversión, que las autoridades pongan en marcha acciones que atraigan la inversión”, dice Juan Ambrosio Díaz, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos de la región oriente (Canaco-Servytur).
A través de las calles de la zona industrial, atravesadas por camiones que van y vienen y por las combis que trasladan a los jóvenes a la escuela de estudios superiores de la UAEM, aparecen grandes terrenos baldíos que evidencian el potencial desaprovechado de este complejo construido en 1985.
Ambrosio Díaz asegura que la conclusión de proyectos de largo aliento, como la estación multimodal del ferrocarril y la mejora de las carreteras, aunada a la capacidad energética que supone la existencia de la central termoeléctrica de Huexca, en Yecapixtla, podrían aumentar el atractivo de Cuautla para el comercio y la industria. Sin embargo, la estación multimodal es una obra cuyo curso original ya no es el mismo, toda vez que la Secretaría de Desarrollo Económico y del Trabajo reconoció que la inversión requerida para su conclusión y puesta en marcha, estimada en 300 millones de pesos, no pudo ser costeada por el gobierno del estado.
De acuerdo con Ambrosio Díaz, el potencial industrial de Cuautla puede considerarse significativo por varias razones, entre ellas, su ubicación estratégica, con una geografía favorable que facilita la logística y el acceso a mercados nacionales e internacionales; una base industrial existente sobre la cual se puede seguir construyendo y expandiendo, y una diversidad de industrias, que va más allá de las que se encuentran en el parque industrial. En toda la geografía del municipio existen cerca de dos mil empresas.
“Esto muestra la diversidad de la base económica que puede ser aprovechada para la expansión y atracción de nuevas industrias”, explica.
La estación multimodal, una ruta que no debió tomarse
En 2013, el gobierno de Morelos y Ferrosur firmaron acuerdos clave para la reactivación ferroviaria de la región oriente del estado, con convenios que prometían la reactivación de dos líneas vitales: la VK, arteria desde Los Reyes hasta Cuautla; y la línea VC, que conectaría a ambos puntos con la zona industrial de Cuautla. Era el peldaño que hacía falta para completar el ciclo iniciado en 1985.
Con una inversión de 154 millones de pesos, financiados por el gobierno estatal, las autoridades proyectaron la restauración de 103 kilómetros de rieles, mientras que la empresa reembolsaría cada peso mediante tarifas por carga transportada, lo que hablaba de la confianza en el retorno de la inversión, previendo que ésta se completaría en diciembre de 2018. Pero una década después, las vías abandonadas y el carácter de obra negra en el que se encuentra la estación permanecen como un recordatorio de las decisiones que no debieron tomarse.
El rechazo a la industria
En los 80 y 90, la llegada de nuevas empresas a Cuautla era vista con beneplácito por los ciudadanos, que consideraban que la presencia de las grandes industrias en la zona era un privilegio que pocas ciudades tenían. Sin embargo, el enfoque ciudadano actual es distinto: desde la sociedad civil, los últimos grandes megaproyectos anunciados para Morelos se han enfrentado al rechazo de las comunidades, activistas y organizaciones civiles, como lo demostró en 2012 la construcción de la central de ciclo combinado de Yecapixtla, la termoeléctrica de Huexca.
La Comisión Federal de Electricidad, Chedraui y Coca-Cola son algunas de las empresas que han tenido que lidiar con el reclamo ciudadano de la población que radica en los alrededores de sus asentamientos industriales y comerciales, especialmente por la utilización de recursos naturales como el agua del río Cuautla.
Industria sin chimeneas
De acuerdo con Gustavo Andrew, del proyecto turístico Turismo en Cuautla, el fracaso del parque industrial se explica en que se trata de un esquema que está situado en una zona cuyos recursos están pasando a ser sobreexplotados, además de que la Ciudad de México ofrece muchas más facilidades para el sector privado. Para el promotor, el enfoque industrial correcto de una ciudad como Cuautla debe ser el turismo y no en el aprovechamiento de recursos que, de por sí, ya están sobreexplotados.
“El turismo es la mejor opción para el desarrollo económico de Cuautla y de la zona oriente. Porque Morelos es un estado pequeño y tal vez no cuenta con muchos recursos, y con los que cuenta se han estado sobreexplotando, pero cuenta con una gran variedad de atractivos turísticos, culturales y naturales”, dijo Andrew.
El empresario considera que las autoridades no han sabido enfocarse en este ramo, hasta ahora desaprovechado, para darle la importancia que conlleva hacia el desarrollo económico.
“No sólo se trata de diversión y esparcimiento, sino también de verlo como una industria, que es lo que es, y brindar los apoyos económicos necesarios para que el sector se desarrolle, como capacitaciones a los proveedores de servicios, apoyos a fondo perdido a los artesanos, de manera efectiva”.
Mientras que las autoridades le siguen apostando a la inversión y la generación de empleo a través de la industria, la sociedad civil empieza a marcar un camino a través del desarrollo sostenible, inclusivo y respetuoso del patrimonio natural y cultural de la región.