Que a partir de la visita de Claudia Sheinbaum el pasado martes a Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador abrió la posibilidad de que estos encuentros se repitan si la ahora dirigente de la 4T lo invita, por ejemplo, a cenar. La reunión que aún tiene pendiente el mandatario es con el ex canciller Marcelo Ebrard, quien ya se reintegró a la vida partidaria tras reconocer su derrota frente a la ex jefa de Gobierno y aceptar que apoyará ese proyecto.
Que más allá de los diferendos que mantiene con el Congreso de Nuevo León, en particular por el nombramiento del gobernador interino, Samuel García sigue muy activo. La administración del emecista ha dado muestras de no distraerse en grillas políticas y ayer mismo lanzó el Programa Sectorial de Turismo 2023-2027, que busca promover a la entidad como destino “turístico sostenible, competitivo y próspero”.
Que luego de que la terna del Presidente para designar a una ministra en la Corte no alcanzara los votos necesarios, cobra más fuerza el plan B de la 4T en el Senado para enfilar a la fiscal capitalina, Ernestina Godoy, hacia ese cargo en la segunda propuesta que hará el Ejecutivo, más si se sabe que los legisladores de oposición no dejarán que desde Palacio Nacional se realice una designación directa, es decir, que están dispuestos a seleccionar a alguien del segundo paquete que mande el tabasqueño. A ver.
Que el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, solicitó una reunión con Andrés Manuel López Obrador y dijo estar convencido de que el Presidente es un universitario que quiere a su alma máter; de hecho, aseguró que si se concreta el diálogo seguramente se encontrarán coincidencias. “Podremos tener algunos puntos de vista distintos, pero si se da la posibilidad de dialogar encontraremos coincidencias para aprovecharlas; al final, somos egresados de la misma Universidad, incluso tuvimos maestros en común y coincidencias sobre las que valdría la pena trabajar”. Habrá que esperar la respuesta.