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ESTRATEGIAS

 

El presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, presentó ayer su segundo informe de gobierno y ya dijo que buscará la reelección en el 2024, no por una ambición personal, sino para concluir los proyectos que se han iniciado y cuyos resultados serán más palpables en tres años. 

Podrá gustarnos o no su estilo de gobernar, pero las cifras hablan por sí mismas y es algo que ninguno de sus antecesores puede presumir:

En lo que corresponde a Servicios Públicos Municipales, lo recaudado en dos años de esta administración ha llegado al 87% comparado con la anterior administración; en la atención al rezago por concepto de impuesto predial y servicios públicos municipales, se logró captar un 153% de recaudación de parte de la población.

Por pago de impuesto predial anticipado, que evidencia la confianza hacia el manejo transparente de los recursos, en estos dos años presentan un aumento del 65% de recaudación comparado con la anterior administración.

Durante la actual Administración se ha cumplido con el pago puntual de la Deuda Pública, además, se han logrado hacer pagos anticipados de las deudas con las instituciones financieras. De lo anterior se destaca la disminución de la deuda pública bancaria hasta un 87% pagado de la deuda total bancaria.

Por segundo año consecutivo, se incrementó la inversión destinada la realización de obra pública que contribuye al bienestar y desarrollo de Cuernavaca. De manera histórica se han destinado más de 170 millones de pesos para las rehabilitaciones de puentes, drenajes sanitarios, muros de contención, calles y avenidas, guarniciones y banquetas, además de rescatar sitios emblemáticos como la glorieta de la Paloma de la Paz.

Entre las obras realizadas y entregadas se puede destacar la rehabilitación del puente peatonal en Chipitlán; rehabilitación total del sistema contra incendios del Centro Comercial Adolfo López Mateos; construcción de pavimento con concreto asfáltico en la calle Defensa Nacional; construcción de pavimento a base de piedra, guarniciones y banquetas en avenida Nacional.

Revestimiento de pavimento asfáltico de la avenida Camino Antiguo a Ahuatepec; construcción de pavimento asfáltico en calle Francisco Villa; revestimiento de pavimento asfáltico en Avenida Vía Láctea, revestimiento de pavimento hidráulico y asfáltico en la calle Lerdo de Tejada en Alta Vista; rehabilitación de la red de drenaje sanitario en avenida Universidad y el revestimiento de pavimento asfáltico y concreto de avenida Universidad, cuyos desperfectos recientes han quedado subsanados, haciendo valer la garantía con la empresa encargada de la obra y que compromete calidad en estos trabajos.

La gente está reconociendo que, si bien no fue con la rapidez que se esperaba, cada día hay menos baches, camellones más bonitos y calles mejor iluminadas. La esperanza de Urióstegui para ganar las próximas elecciones es que a este paso que va, a mitad del año próximo sea realmente notorio el cambio en la imagen de nuestra ciudad, por lo menos en sus calles, y que los electores decidan refrendarle su voto para que se termine de encarpetar las calles ¡y concluya de pagar la deuda de sus antecesores!

Ahora bien, ¿en qué rubros nos ha quedado a deber el actual Ayuntamiento de Cuernavaca? Indudablemente que en el tema de la seguridad. Desde que se anunció la designación de la maestra en Derecho Penal, Alicia Vázquez Luna, advertimos que se trataba de una persona honesta, valiente, pero sin la preparación ni experiencia necesarias para enfrentar a la delincuencia.

De hecho, siempre hemos sostenido que nadie puede acabar con la delincuencia. El crimen organizado les lleva siempre la delantera a todas las policías, de ahí que aquel candidato que prometa terminar con los delitos está mintiendo. Ya lo vimos con Graco Ramírez, que prometió terminar con la delincuencia en año y medio y después —cuando ya nos había saqueado— admitió que fue “en la euforia de la campaña electoral”.

El cobarde asesinato de una maestra para robarle su camioneta, a unas cuadras de donde más tarde se llevaría el evento relativo al informe de gobierno municipal es una afrenta que la sociedad debe reprocharle a los tres niveles de gobierno.

El otro problema que no solamente no ha sido resuelto, sino que se ha incrementado, es el del ambulantaje. Cada día vemos un puesto ambulante nuevo en esta ciudad, y la salida fácil es decir que “peor sería que estuvieran delinquiendo”, y en eso tienen razón, pero lo cierto es que dan muy mal aspecto a los turistas.

Tampoco se ha podido resolver el problema del agua potable. Tenemos a una persona honorable y honesta como lo es la maestra Evelia Flores, pero no se puede hacer mucho con una red hidráulica que tiene más de 50 años y que ocasiona fugas por todos lados. Los trabajadores de SAPAC no se dan abasto atendiendo fugas, algunas de ellas en avenidas recién re-encarpetadas, lo que ocasiona la burla de la gente que no entiende por qué asfaltan una calle y al otro día llegan a romperla.

Aunado a esto, hay una disminución natural de los afluentes provocada por el cambio climático, por lo que seguramente seguiremos viendo los bloqueos de calles por la falta de agua. ¿Y contra eso qué hacemos? ¿Qué los retire la Policía y que los grupos políticos acusen que hay represión como las feministas cuando fueron retiradas de la Paloma de la Paz?

La reelección de José Luis Urióstegui dependerá de la capacidad que tenga de “hacer las paces” con aquellos grupos que se han visto desencantados por los compromisos incumplidos, porque en realidad no hay señalamientos de corrupción ni escándalos de ninguna índole en la administración uriosteguista.

La sencillez es una de las cualidades del alcalde de Cuernavaca. Al contrario de sus antecesores, José Luis Urióstegui es un servidor público al que puede encontrar usted en el supermercado, en la panadería o caminando en las calles sin más escolta que su chofer. No le gusta la faramalla ni las declaraciones escandalosas que los compañeros reporteros desearían, y no se ve que vaya a cambiar sólo porque viene el periodo electoral.

Hay casos palpables de alcaldes que se han reelegido y sus gobernados han salido ganando. Ahí está el de Jiutepec, donde no tendrían varios programas y proyectos si Rafa Reyes no hubiera ganado en un segundo periodo; o Juan Ángel Flores, en Jojutla, en donde obtuvo el reconocimiento no sólo de sus coterráneos sino a nivel nacional y seguramente lo veremos como diputado federal.

HASTA EL LUNES.

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