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COORDENADAS

Como en otras oportunidades, tras la definición de la política monetaria para las siguientes semanas, tuve la ocasión de conversar con la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja.

La decisión de la Junta de Gobierno del banco central fue dejar sin cambio la tasa objetivo, en 11.25 por ciento.

A diferencia de lo que ocurrió un día antes, con la Reserva Federal de los Estados Unidos, que claramente adoptó una actitud más laxa en su perspectiva para el 2024, Banxico sigue viendo el riesgo de la inflación con suma cautela.

Considera que en las siguientes reuniones de política monetaria se discutiría la posibilidad de comenzar una baja muy gradual de las tasas, dependiendo del comportamiento de la inflación.

 

En la conversación, la gobernadora puso sobre la mesa lo que ya había advertido el comunicado: hay dos rubros en los cuales la inflación sigue elevada, las mercancías alimenticias y los servicios.

De acuerdo con las cifras del INEGI, las primeras crecieron a tasa anual a un ritmo de 6.78 por ciento en noviembre, mientras que los servicios tuvieron una inflación anual de 5.28 por ciento, apenas ligeramente por abajo del 5.35 por ciento que se registró hace doce meses.

Así que más vale tener cuidado con las percepciones de que las tasas en el país van a ir en el corto plazo marcadamente a la baja.

De hecho, sobre la base de lo que señala el comunicado y de lo comentado por la gobernadora del Banxico, no es de descartarse que las tasas reales de interés sigan en un nivel tan elevado como ahora, incluso si hubiera alguna reducción leve de las tasas nominales.

En contra de lo que algunos creen cuando imaginan que el banco central busca mantener un peso fuerte, la gobernadora del Banxico fue terminante en decir que el Banxico no tiene en su perspectiva un nivel objetivo para el tipo de cambio.

En la política monetaria y cambiaria (en la medida que el Banxico participa en la Comisión de Cambios) el propósito es que los ajustes del tipo de cambio que el mercado vaya imponiendo se den de manera ordenada, sea en la dirección que sea.

En un contexto en el que el gobierno federal ha planteado que es deseable la supresión de los organismos constitucionalmente autónomos, es relevante señalar que el Banxico mantiene claramente su autonomía de criterio.

Tal vez para el gobierno federal sería deseable que el banco central pudiera acelerar su proceso de reducción de las tasas con el propósito de bajar los costos financieros de la deuda pública y dejar, por lo tanto, un mayor margen de maniobra para gastar en un año electoral.

No será así.

Al preguntarle sobre el efecto que pudiera tener el mayor déficit fiscal previsto para el 2024 sobre el proceso de control de la inflación, la gobernadora del Banxico señaló que ese efecto ya está descontado, y que ve más riesgo en el rezago en ajustes de precios en servicios.

El criterio de las decisiones de Banxico, expresado tanto en su comunicado como en la entrevista que me dio la gobernadora, será estrictamente el cumplir con el mandato constitucional de controlar la inflación.

Tal vez a algunos les gustaría que, con independencia de lo que quiere el gobierno, hubiera un proceso más rápido de reducción de las tasas con el propósito de bajar los costos financieros a las empresas y a las personas, y de esta manera lograr un mayor crecimiento de la economía en el 2024.

No me cabe la menor duda de que para la estabilidad económica del país y por lo mismo, para la perspectiva de crecimiento en el mediano plazo, conviene que se mantenga un banco central autónomo, que pueda tomar sus decisiones en función de su mandato constitucional.

Precipitarse en una baja rápida de las tasas podría generar mayores problemas para el mediano plazo.

Ámbito: 
Nacional