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ESCAPARATE

Ni gobernabilidad ni política interna

Mucho hace que la gobernabilidad y el manejo de la política interna de la entidad escaparon de las manos de Graco Ramírez y de Matías Quiroz. Resulta por demás sintomático que el primero esté inmerso en un tour de medios afines intentando inútilmente “rescatar” su imagen y el segundo recorriendo el estado en una campaña de cara al 2018 disfrazada de labor social, para lo cual ya existen las dependencias correspondientes, en lugar de ocuparse de lo realmente importante.

Sintomático de la patética actuación del primero y segundo a bordo del desgobierno resulta el hecho de que la sociedad no los quiere como interlocutores, en el antecedente de que sólo admiten la sumisión absoluta de los sectores sociales a los que consideran adversarios.

No menos significativo resulta el hecho de que las organizaciones agraviadas con los malos manejos de las autoridades –como en el caso Tetelcingo- estén dialogando con la Secretaría de Gobernación sin la presencia de los que se supone son los número uno y dos de este desgobierno y que, para colmo, no están garantizando la gobernabilidad ni un adecuado manejo de la política interna de la entidad.

Y más aún: el desgobierno de Graco no las tiene todas consigo tampoco en el Senado de la República, donde perredistas, morenistas, priistas y petistas comparten la opinión de que Graco y compañía no sólo han agraviado a los morelenses, sino que han iniciado la cacería de todos aquellos que muestran rechazo a su desmesurada ambición.

Y ni modo de pedir ayuda a la dirigencia nacional del Sol Azteca, porque Miguel Ángel Mancera ya es dueño del partido a través de la mujer que hoy lo dirige. Y, tratándose de un supuesto adversario por la candidatura presidencial para el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ni modo que le tiendan una cuerda para salvarlo, sobre todo después de su postura pro-gobierno federal cuando la crisis ambiental en la que todos le cargaron la mano al que también tiene sumido en el caos a la capital del país.

Sabedores de la pésima relación que tiene Graco no sólo con el PRD, sino con los senadores por Morelos de todos los partidos y en general de toda la Cámara, los adversarios del actual régimen están perfectamente conscientes de que las normas que regulan la desaparición de poderes no sólo tienen causal, sino los suficientes votos –que son los que valen- para llamar a cuentas al desgobernador y los suyos.

La acción concertada del Ejecutivo y Legislativo contra la sociedad, que deriva en la ingobernabilidad, la persecución gubernamental a los adversarios y la resistencia civil pacífica, junto con la ausencia de legitimidad de ambos poderes, así como el rechazo de los senadores y del PRD contra Graco, constituyen una amplia mayoría política y de sustento legal para llamar a cuentas a este desgobierno.

Por lo pronto, mientras en Gobernación y en el Senado de la República se cocina el réquiem por un régimen carente de legitimidad y respaldo social, aquí el capitán del barco se autopromociona en medios y el segundo de abordo, lejos de ocuparse de la política interna, anda de promoción electoral también rumbo a 2018.

¿A poco el secretario de desgobierno se siente el hijo preferido de Graco?

Tiempo al tiempo…

 

 

 

 

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