El Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), el más concurrido de Latinoamérica, aplicará a partir de este lunes una de las acciones más radicales para evitar el colapso: la reducción de 52 a 43 vuelos por hora. Con esta medida, asegura el director de la terminal, Carlos Velázquez Tiscareño, se avanzará en el objetivo de reducir la afluencia a 40 millones de personas anualmente. La meta, no obstante, parece lejana si se considera que solo en 2023, el aeródromo recibió 48,4 millones de viajeros, con un promedio diario de más de 132.000. “Nosotros tenemos que tener 40 millones de viajeros anuales a como dé lugar, es lo que necesitamos tener para poder pagar la cuota de TUA [Tarifa de Uso de Aeropuerto]. Arriba de 40 millones ya es un excedente y mientras menos pasajeros tengamos, el aeropuerto y el usuario se verán favorecidos”, ha declarado el directivo a EL PAÍS.
La reducción de vuelos solo aplicará para vuelos nacionales de las tres aerolíneas del país: Aeroméxico, Viva Aerobús y Volaris. La dirección del AICM ha informado de que, tras una exhaustiva negociación, se ha culminado con la reducción de 9.413 horarios en el aeródromo. “Es una reducción proporcional, de acuerdo con su antigüedad y a con sus derechos históricos [de cada aerolínea]. Fue un proceso complicado y complejo, pero al final de cuentas se llegó a una versión final”, admite el director y vicealmirante en retiro, Velázquez Tiscareño. La disminución de vuelos también se aplicará para la próxima temporada de verano, del 31 de marzo al 26 de octubre de 2024. La polémica medida solo afectará a los vuelos al interior del país, las operaciones internacionales están excluidas.
Velázquez Tiscareño ha asegurado que pese a la evidente molestia inicial de las compañías aéreas por esta disminución de vuelos, el cambio será paulatino. El AICM les ha otorgado un tiempo razonable para ajustar sus rutas y por ello, el directivo asegura que el pasajero no tendrá afectaciones. Si hay algún problema, advierte, será responsabilidad total de las compañías aéreas. El pasado 31 de agosto se dio a conocer que el AICM tendría una nueva reducción de operaciones, la cual se efectuaría a partir del 29 de octubre de ese mismo año, pero después se informó que sería hasta el 8 de enero de 2024.
A pesar de que fueron consultadas, las aerolíneas nacionales declinaron a hacer algún comentario sobre la inminente reducción de rutas domésticas. Sin embargo, en el anuncio de la medida, desde agosto pasado, fueron las organizaciones sectoriales las que protestaron contra esta nueva reducción. La Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) advirtió que esta medida afectará a los viajeros. “El problema de fondo en el AICM no es la capacidad de operaciones por hora, sino la antigüedad de la infraestructura que requiere una intervención mayor. El problema de fondo del AICM es que los recursos que genera se destinan a fines distintos al de su operación y mantenimiento”, indicó en su momento por escrito.
La batalla al interior del congestionado aeropuerto para desatascar sus pasillos, sus salas de espera y sus vuelos no es nueva. En septiembre de 2014, la autoridad de aviación civil declaró congestionado su campo aéreo y limitó a 61 el número de operaciones por hora. En septiembre de 2022, el Gobierno de López Obrador determinó reducir las operaciones del AICM de 62 a 52 vuelos cada hora. Sin embargo, el director del AICM reconoció que los resultados de esta primera disminución operativa fueron marginales porque las aerolíneas adquirieron aeronaves más grandes y los millones de pasajeros en la terminal siguió en ascenso, ahora, el director confía en que se logrará disminuir significativamente la presión en la terminal aérea.
Además de la reducción de operaciones por hora, la nueva administración del AICM ha puesto en marcha otras acciones como la regulación en los horarios de aterrizaje y despegue de las aerolíneas, conocidos como slots, así como la prohibición de operación de vuelos exclusivamente de carga en esta terminal aérea. Pese a la implementación de esta batería de medidas, el AICM sigue siendo uno de los aeródromos más congestionados del mundo, con una atención de 48,4 millones de viajeros al año. En contraste, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles —una de las obras emblema de esta Administración— cerró 2023 con una afluencia de poco más de 2,3 millones de personas, de acuerdo con las cifras oficiales.