Hasta el tercer trimestre de 2023, el gobierno federal había transferido 39 mil 477 millones de pesos del sector Salud al IMSS-Bienestar para cumplir con las obligaciones que se le traspasaron del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el cual dejó de existir en abril de ese año.
Dichos recursos representan 32.5% del gasto programable aprobado al sector Salud para 2023, que se recortaron al presupuesto del programa Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral, el Programa de Vacunación Universal y el Programa Atención a la Salud, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Aunque en el informe no está detallado el monto que se redujo a la compra de biológicos, en el Presupuesto de Egresos de 2023 al programa de vacunación se le asignaron 14 mil millones de pesos. De estos, se habían ejercido 953 millones de enero a septiembre.
Con ello, la Secretaría de Salud (Ssa) sólo invirtió 6.8% del total de los recursos asignados al programa de vacunación, hasta el tercer trimestre de 2023, y tenía un déficit de 13 mil 68 millones de pesos.
Sin embargo, al consultar la reasignación a las entidades no sectorizadas, ramo en el que se encuentra el IMSS-Bienestar, sólo se transfirieron 18 mil 326 millones de pesos de los más de 39 mil millones que se le recortaron al sector Salud.
Aunado a ello, hasta septiembre del año pasado el gobierno federal también le transfirió 59 mil 961 millones de pesos al IMSS-Bienestar, mediante una adecuación presupuestaria, ya que el nuevo Órgano Público Descentralizado (OPD) no tuvo un presupuesto asignado en el Presupuesto de Egresos de 2023.
Además del recorte de 39 mil millones de pesos que fueron transferidos al IMSS-Bienestar, el sector Salud sólo ejerció 81 mil 879 millones de pesos de enero a septiembre de 2023 de un presupuesto total de 209 mil 616 millones de pesos, lo que representa 39%, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Lo anterior también repercutió en que se invirtiera 44% menos en dicho sector durante octubre de 2023, es decir, sólo 6 mil 244 millones de pesos, comparado con los 10 mil 822 millones, del mismo mes de un año antes.
Y si se equipara con lo ejercido de enero a octubre de 2022 (115 mil 176 millones de pesos), con lo gastado en el mismo periodo de 2023 (88 mil 123 millones), hubo una reducción de 27.6% en los recursos destinados al sector Salud.
Desde 2019, el programa de vacunación en México se ha desplomado en cuanto a cobertura para inmunizar a las niñas y niños, y se ha dejado de inmunizar contra enfermedades infecciosas graves, de acuerdo con el análisis del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
En el mismo sentido, el presupuesto que se le asigna, además de sufrir recortes, también ha experimentado un descenso extremo. Tan sólo para 2023, el gobierno federal asignó 54% menos que lo ejercido durante 2022.
El Diagnóstico de la vacunación infantil en México, 2010-2022, de la organización civil Pacto por la Primera Infancia también señala que hay un ejercicio presupuestal deficiente y que persisten los subejercicios, “resultando alarmante que en 2020 fue de 25% y para 2022 es escandalosamente de 75%, aunque simulado a través de una reducción presupuestal”.
También denunció que recientemente la Secretaría de Salud modificó los contenidos de la Matriz de Indicadores de Resultados (MIR) para priorizar la aplicación de las vacunas hexavalente acelular e influenza estacional, y deja fuera a las demás que conforman el esquema básico de vacunación.
“Se orientan a eludir el deterioro en la efectividad del programa. Es decir, la efectividad del programa ahora se determinará tan sólo por los porcentajes alcanzados en estas dos vacunas y no en la totalidad que conforman el esquema básico de vacunación”, especificó.
Lo anterior provoca que cientos de miles de niños no estén recibiendo el esquema completo de vacunación o lo reciben de forma tardía, ya que no existe certeza en cuanto a cobertura y tipo de vacunas que el gobierno federal aplica.
“El Programa de Vacunación Universal como pilar de protección de la primera infancia hoy en día se desmorona. De acuerdo con uno de los parámetros para evaluar su desempeño, que es el número de dosis aplicadas, estas han experimentado una importante reducción.
“En tanto que la medición a través de las coberturas de vacunación, ante la falta de un sistema nominal, son altamente susceptibles de sobreestimarse, por lo que las estimaciones oficiales resultan cuestionables”, advirtió.