La nota mueve a la sorpresa, porque parece sacada del final de temporada de una serie de televisión. Es real, sin embargo, y ocurrió el sábado pasado. Elementos del Ejército mexicano y de la Policía del Estado de México arrestaron a una novia cuando descendía del automóvil que la llevaba a su boda. Vestida de blanco y en medio de familiares y amigos, Nancy Lizeth “N” fue detenida y, unas horas después, presentada ante el Ministerio Público con las galas matrimoniales aún puestas.
El operativo conjunto, que se realizó en la localidad de Villa Guerrero, al sur del Estado de México, en el Valle de Toluca, tenía la finalidad de conseguir la detención de Clemente “N”, alias el Ratón, quien consiguió eludir a sus perseguidores y aún se encuentra prófugo. Por cierto: la fiesta preparada para el enlace, según anota la prensa, no se suspendió y siguió adelante. México no deja de ser México y ni modo que se desperdiciaran la comilona, las bebidas y el ambientazo. Lo dicho: parece el capítulo de un serial.
Sobre Clemente el Ratón pesan indagaciones que lo señalan como cabecilla de una banda de presuntos extorsionadores de comerciantes de pollo y huevo de la zona. Nancy “N” y cinco personas más, quienes resultaron detenidas en acciones separadas, son acusados también de pertenecer a la banda, que, según las investigaciones, formaría a su vez parte al grupo criminal conocido como la Familia Michoacana.
El grupo se ha hecho fuerte desde hace años en el territorio mexiquense y, en las últimas semanas, ha dado mucho de qué hablar, luego de sus enfrentamientos con pobladores cansados de sus operaciones en el municipio de Texcaltitlán, a tan solo 72 kilómetros al oeste de Villa Guerrero. Esos enfrentamientos dejaron 14 muertos y obligaron a la intervención de la Guardia Nacional. Entre los fallecidos se encontraba Rigoberto Sancha Santillán, conocido como El Payaso, quien, según las autoridades, se trataba del jefe local de la organización delictiva. El Payaso cobraba una extorsión por cada hectárea de tierra que se poseyera y hasta pedía dinero por migrar a Estados Unidos. Los habitantes de Texcaltitlán eran amenazados por violar un toque de queda impuesto por él y hasta por ser descubiertos cometiendo adulterio…
Las extorsiones a las que son sometidos los habitantes del área no son, pues, menores. Según testimonios de los afectados, la Familia impone un “tributo” de dos pesos por cada kilo de pollo y huevo que expenden los mayoristas y de cinco pesos a los minoristas. En el caso de que no se pague la cuota requerida, brigadas de hombres armados “levantan” a los trabajadores de las empresas productoras y distribuidoras. Cuatro empleados de una procesadora fueron secuestrados en Toluca, la capital del Estado, el pasado 23 de diciembre. La dueña de su empresa afirmó que hacía un año que no entregaba el dinero de la extorsión, que llegó a ascender a 950 mil pesos mensuales, porque ya no le alcanzaban los recursos.
El secuestro es otra de las ramas que ha explotado el grupo. Justamente este domingo se informó que fueron liberadas dos mujeres que habían sido “levantadas” por presuntos integrantes de otra célula en la localidad de Zinacantepec, a 60 kilómetros al norte de Villa Guerrero, y en las inmediaciones de Toluca. La policía detuvo a cuatro presuntos integrantes de la banda en la operación.
Más allá de lo blanco del vestido de la novia detenida y la colorida anécdota de la fiesta que no se suspendió por el arresto, más allá del amarillismo con que suelen ser presentadas las notas policiacas, este es el gris tono de la realidad para millones de mexicanos: el de pasar la vida bajo el pie de los grupos de delincuencia organizada, al arbitrio de sus imposiciones y su poder.