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DÍA CON DÍA

Sheinbaum y la continuidad

Desde el punto de vista del discurso, la opción de la continuidad adoptada por Claudia Sheinbaum es débil frente a la del cambio y la defensa de valores fundamentales: vida, verdad y libertad, de Xóchitl Gálvez:

La opción “más de lo mismo” está atada a los resultados del gobierno, resultados pobres en crecimiento económico y en reducción de pobreza extrema; catastróficos en violencia y salud.

La opción “más de lo mismo” no sólo se plantea defender muchas cosas indefendibles, sino ponerles un segundo piso, duplicar el daño.

También se impide a sí misma hablar de cosas nuevas porque, salvo en el margen, ya todo está trazado, no hay más que seguir el camino de López Obrador, que ahora incluye someter al poder Judicial y a las instituciones electorales.

Es la oferta de una presidencia que busca controlar las elecciones y, a través de ellas, a los otros poderes. Una oferta de corte dictatorial.

Del otro lado, Xóchitl Gálvez está libre de restricciones discursivas. Puede decir: “México está peor que cualquier país en estado de guerra. Con un millón de muertos, ¿cómo pueden ofrecer continuidad? Continuidad es impunidad. Continuidad es mediocridad. Continuidad es inseguridad”.

Los discursos no ganan elecciones, pero tampoco puede ganarlas la apuesta por el quietismo, por la duplicación de políticas ruinosas y el horizonte de una dictadura.

La apuesta a no corregir sino a duplicar lo hecho, “ponerle un segundo piso”, es la opción de la continuidad. Xóchitl Gálvez encontró un discurso de oposición que desafía con vigor esta oferta.

La cancha dispareja en que se da la elección puede inducir al oficialismo a desdeñar la nueva narrativa oposicionista, pensando que puede acallarla en los medios y dejarla sonando en el vacío.

Desoír los aciertos del opositor está en la lógica de la prepotencia, inherente a una elección de Estado como la que el gobierno busca restablecer en México.

Pero la democracia tiene sus propios escondrijos y los ciudadanos, el poder de votar. La imposición tiene un límite y uno de esos límites es la rigidez, la falta de frescura, la repetición ofensiva de los “otros datos” que impera en el gobierno.

Veremos hoy, en su cierre de campaña, lo que Sheinbaum tiene qué decir o qué callar al respecto.

Ámbito: 
Nacional