La inversión extranjera vive un auge
La inversión extranjera directa del último trimestre del año pasado alcanzó la cifra de 10 mil 974 millones de dólares, en caso de que las estimaciones de la UNCTAD resulten correctas.
Así, el saldo del año pasado sería de 43 mil 900 millones de dólares, es decir, 8 mil 600 millones de dólares por arriba de lo registrado en 2022.
Falta que se validen estas cifras, tanto por parte del Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía, como por parte del Banco de México.
Si se confirman, estaremos observando quizás el primer indicio del efecto que el proceso de nearshoring ya tiene en los flujos de inversión foránea.
Hace unos cuantos días, la Secretaría de Economía actualizó su contabilidad de los proyectos anunciados el año pasado.
Se trató de 378 anuncios de inversión foránea. De ellos, 323 especificaron el monto de inversión que están estimando. Sobre esa base, el cálculo es que hay 110 mil 744 millones de dólares que potencialmente se convertirían en inversiones en los próximos años. Se trata de un promedio de 343 millones de dólares por cada proyecto de inversión.
La estimación oficial es que los flujos se harían efectivos en un plazo de dos a tres años. Si fuera este último plazo el que prevaleciera, habría una expectativa de una adición a la inversión foránea de 36 mil 914 millones de dólares para cada año del próximo trienio.
Es decir, la expectativa sería que, para este año, la inversión extranjera pudiera alcanzar la cifra de 80 mil millones de dólares.
Si ese fuera el caso, México se perfilaría como el cuarto destino más importante del mundo en inversión extranjera, solo detrás de Estados Unidos, China y Alemania.
Cuando se ven estas cifras, sé que hay muchos escépticos que consideran que las cifras están exageradas.
De acuerdo. Pensemos que hay una sobreestimación y que el incremento anual es de solo la mitad de lo anunciado. En ese caso, la inversión estimada para este año sería de 62 mil 357 millones de dólares.
Aun en ese caso, ya estaríamos muy cerca de los niveles que tiene actualmente Brasil, y en todo caso, estaríamos en el número cinco a escala global.
También hay consenso entre los expertos respecto a que las cifras de inversión que ya se registran se quedan cortas respecto al potencial que tiene nuestro país.
Si, como hemos comentado en diversas ocasiones, hubiera un esfuerzo específico de los diversos niveles de gobierno, encabezados por el gobierno federal, para resolver los obstáculos para la llegada de inversiones, el aprovechamiento de esta circunstancia favorable para el país podría ser mucho mayor.
Pese a que el mejor de los escenarios no sea el prevaleciente, un hecho indiscutible es el crecimiento de las inversiones chinas en México, las que no se presentaban previamente.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, China es el segundo país en importancia en cuanto a anuncios de inversión, con 13 mil 190 millones de dólares, equivalentes al 12 por ciento de lo previsto.
Pero el dato quizás esté subestimado.
La empresa CBRE calcula que la demanda de terrenos industriales asociados al nearshoring corresponde en un 43 por ciento a inversiones procedentes de China.
Pareciera que las inversiones chinas –como ya lo hemos comentado– a veces registran su inversión a través de vehículos como sociedades registradas en Estados Unidos o en otros países, incluido México.
Más allá de que es un hecho que seguramente estamos desperdiciando potencial por problemas de energía, infraestructura o mano de obra, no se puede subestimar el impacto que este fenómeno ya tiene sobre la economía nacional.
Seguiremos con el tema.