De llegar a tribunales la demencial acusación contra Jorge Antonio Sánchez Ortega por dizque haber hecho el segundo disparo a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía General de la República tendrá que perseguir también a decenas de peritos y denunciar a las instituciones nacionales y extranjeras que habrían encubierto al repentino y nuevo “segundo tirador”, porque ante la extinta PGR y el Poder Judicial demostraron que el único que disparó fue el asesino confeso, Mario Aburto Martínez.
A saber: el Instituto de Astronomía, la Facultad de Medicina y la Filmoteca de la UNAM; el Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud; el Nacional de Investigaciones Nucleares; la Procuraduría capitalina; la fábrica de armas Forjas Taurus de Brasil; la Secretaría de la Defensa Nacional; el Buró Federal de Investigaciones gringo y la Agencia de la Policía Nacional y el Instituto Nacional de Investigaciones de la Policía Científica de Japón, como consta en el Informe de la Investigación del homicidio de la Subprocuraduría Especial para el caso Colosio que entregó, en septiembre de 2000, su titular Luis Raúl González Pérez.
“Con argumentos jurídicos, técnicos y científicos”, se concluyó que “Mario Aburto Martínez hizo los dos disparos que recibió el licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta, que el homicidio se perpetró con una sola arma de fuego y que la bala hallada en el lugar de los hechos fue disparada por esa arma”, se asienta en el segundo de los cuatro tomos (en total dos mil 37 páginas a dos columnas) de la investigación más acuciosa que se ha realizado sobre aquel asesinato.
La ruindad original de que Aburto no fue el único que hace 30 años disparó contra Colosio, sino que hubo un “segundo tirador”, fue pergeñada casi un año después del homicidio (23 de marzo de 1994), en febrero de 1995, por el despreciable tercer fiscal Pablo Chapa Bezanilla, con la argucia –entre muchas otras, y tres falsos y tardíos testimonios– de que Aburto no pudo haber hecho los dos disparos en menos de dos segundos (el primer impacto a la cabeza provocó la muerte fulminante, porque atravesó el encéfalo, y el segundo cruzó el abdomen en sedal, un poco abajo de las tetillas del entonces candidato a la Presidencia).
Para concluir que Aburto es el único asesino material e intelectual de Colosio, la Subprocuraduría de González Pérez tomó en cuenta las declaraciones ministeriales de 78 personas, y ninguno de esos testimonios insinuó siquiera un segundo tirador, “salvo los tres extemporáneos (en 1995) que acusaron a Othón Cortés” y otro de un protagónico sin el mínimo sustento.
En el informe referido se asienta que Aburto, en sus declaraciones de 1994, “reconoció haber realizado los dos disparos”.
Y es que fue hasta once meses después que, con Othón Cortés injustamente encarcelado, el asesino se trepó en la mentira del “segundo tirador”.
Sí, Chucha: Jorge Antonio Sánchez Ortega, dice la FGR, fue tan inepto como matón que la bala que disparó se comportó casi como si fuera de salva...