Hoy se celebra el aniversario de la Constitución de 1917 en Querétaro, la ciudad donde fue promulgada.
La Constitución vigente conserva mucho de su espíritu original, pero en sus 107 siete años de vida lleva cerca de 700 reformas.
El presidente López Obrador no irá a la ceremonia de Querétaro, porque a él no le gustan ni el espíritu ni la letra de la Constitución vigente. Quiere cambiarla toda.
La cambió ya, más que ningún otro presidente, con 23 reformas que modificaron 62 artículos. Pero la Suprema Corte retiró y está revisando reformas fundamentales de estos años.
Hoy López Obrador tendrá en Palacio Nacional un rito paralelo y opuesto al de la mañana en Querétaro. Anunciará que envía al Congreso un paquete de nuevas reformas.
Hasta donde sabemos, el presidente quiere someter a elección popular los cargos de ministros de la Suprema Corte, de consejeros del INE, de magistrados del Tribunal Electoral, de jueces de distrito y de magistrados de circuito del Poder Judicial.
Quiere quitarle a la Suprema Corte la facultad de corregir leyes aprobadas por el Congreso.
Quiere desaparecer las candidaturas plurinominales, reducir de 500 a 300 los diputados y de 128 a 96 los senadores.
Quiere reformar la ley de pensiones para que los trabajadores se jubilen con el 100% de su último salario.
Quiere aumentar cada año el salario mínimo por encima de la inflación.
Quiere una ley de la industria eléctrica que reponga la cancelada por la Corte y abrogue la reforma de 2013 en materia energética.
Quiere una ley de la Guardia Nacional que reponga la cancelada por la Corte y mantener ese cuerpo, militarizado, dentro de la Secretaría de la Defensa.
Quiere desaparecer todos los organismos autónomos. Salvo el Banco de México.
Como se ve, en materia de querer, el presidente quiere mucho.
Quiere repartir en pensiones y salarios un dinero que no tiene, reponer leyes canceladas por improcedentes y limpiar la Constitución de todo lo que pueda significar un contrapeso al Ejecutivo.
Quiere, pero no puede.
Lo que puede es darse un festín verbal de intenciones autocráticas, hoy, en Palacio Nacional.