Me cae que hay veces que no quisiera tener la razón.
Florestán
En uno de sus giros constantes, el presidente López Obrador ha pasado de bendecir a maldecir las redes sociales.
Ya no hay más benditas redes, todo porque a los cinco años de su gobierno ha venido perdiendo, inexorablemente, el control que a través de sus bots y extensos presupuestos ejercía sobre ellas.
En ese escenario, todos los días tiene un espacio para medios tradicionales, a los que no se cansa de execrar, salvo excepciones, claro.
La medida es si están con él, como exige, o contra él, como ocurre. Esa es la vara con la que pasa de la excepción a la imprecación —luego le explico.
En el ocaso de su régimen, donde ya empieza a sentir cómo se alargan las sombras del atardecer, en las redes sociales se han extendido y endurecido campañas en su contra con la misma virulencia y montos con las que su oficina las ha operado hasta ahora, que lo hicieron el rey de ese mundo digital.
Ya en el crepúsculo de su gobierno hasta los suyos miran hacia el relevo presidencial, lo que ha sucedido a todos los presidentes, por más que me digan que éste es único, excepcional, el non plus ultra, cuando de ser eso cierto, también lo es que su entorno y la condición humana, miserables como él ha fomentado, no cambia.
Porque si, como proclama su feligresía, López Obrador es diferente, la naturaleza de quienes lo rodean no y mantienen su ruindad, sus ambiciones que él ya no les satisface y por eso buscan quién sí y giran hacia Claudia Sheinbaum, como si ella tuviera algún compromiso con los equipos de gobierno o si el que tiene con el Presidente se extendiera a sus cortesanos.
Por eso, en este largo anochecer, López Obrador las maldice, ¡pinches redes!
Y no ha visto nada.
RETALES
1. PORTAZO. Anoche venció el plazo para ratificar al impresentable de Jenaro Villamil en el cargo de presidente del Sistema de Radiodifusión del Estado Mexicano, como lo propuso López Obrador y fue ignorado por el Senado donde ni siquiera se mencionó el tema, así que adiós. Ahora vendrá la revisión de sus cuentas, por más que diga que se va al equipo de Claudia Sheinbaum, lo que es falso;
2. GUERRERO. Sale la fiscal de Guerrero, Sandra Luz Valdovinos, ante el estado fallido en seguridad. Lo último fue la reunión de cuatro obispos con jefes del crimen organizado a los que pidieron tregua y esos seres humanos, versión AMLO, se las negaron; y
3. MARÍN. El Tribunal Electoral federal revocó la sentencia contra el reportero Carlos Marín a quien la gobernadora Layda Sansores acusó de violencia política de género. Obvio, el Tribunal de Campeche dio la razón a su gobernadora, pero el del Poder Judicial de la Federación lo revocó. Respuesta a los excesos de poder en los tiempos estelares de la 4T. Para celebrar que la verdad se imponga a la arrogancia de la sinrazón y del poder.
Nos vemos mañana, pero en privado