La ausencia de resultados las suplió con el concierto de la Banda El Recodo
En un ambiente controlado, sin margen a que nadie increpara, el V Informe de Gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo fue un despliegue de imagen en el que se ponderaron más los logros en infraestructura y competencias deportivas, que los escasos resultados en materia de seguridad.
Con dificultad, el mandatario leía el guión de las presentaciones durante un par de minutos, para después tomar asiento y que las imágenes dieran cuenta de resultados que, en infraestructura, son gracias al gobierno federal, porque lo que su administración invirtió no rebasa los 3 mil millones de pesos.
Palabras sin matices de emoción, no sentidas, no surgidas del corazón. Cifras que en materia de seguridad hablan de disminución de algunos rubros, pero que los sectores sociales no comparten, tienen otros datos, los sufren y pagan con sus vidas, lo mismo en homicidios dolosos que en feminicidios.
Y mientras por la mañana grupos de víctimas del delito se manifestaban frente a Palacio de Gobierno denunciando una lucha de dos años por recibir los recursos económicos que la ley mandata, tanto el gobierno de Cuauhtémoc Blanco y la Comisionada del ramo apenas quieren darles un “apoyo”.
En tanto, en la megapantalla se relataba una historia en la que acaso sólo faltaba que una viuda diera gracias por la muerte de su esposo, porque ahora tiene hasta para emprender un negocio y sus hijas terminaron la carrera y el la más pequeña ingresaba a la Universidad.
El paraíso terrenal proyectado en una pantalla a la que sólo faltó ser de tercera dimensión y los anteojos para palparlo.
Y las maracas, los gritos, los aplausos, que Cuauhtémoc, el gobernador que dice haber dejado atrás las viejas prácticas políticas, escuchaba los gritos eufóricos de subalternos e incondicionales.
Un ligero esbozo se reconocimiento de que la inseguridad es un tema pendiente... Pero muy ligero y muy breve.
Las imágenes de una Unidad Deportiva construida en Temixco por el gobierno federal mereció más tiempo y detalles en la megapantalla. Y lo mismo ocurrió con las medallas obtenidas en las disciplinas de competencias nacionales.
Al supuesto impulso al desarrollo económico, al mandatario se le olvidó reconocer las aportaciones de los empresarios mediante el
religiosamente obligatorio Impuesto a la Nómina.
Y es que la ausencia de los verdaderos líderes sociales fue suplido por la megapantalla y la producción de los vídeos.
No hubo representantes empresariales, de los campesinos, tampoco figuras políticas, Salvo la candidata a la gubernatura Margarita Saravia. El gobierno de la República, que recién le dio “espaldarazo” en voz del propio presidente, envió como representante a la subsecretaria de Asuntos Religiosos...
“Hemos enfrentado retos y desafíos. Unidos somos un mejor Morelos”, afirmó el mandatario, ensalzando esa unidad, sí, con los suyos y su equipo.
La sociedad, el pueblo pueblo, tiene otra percepción de la realidad del estado.
Y muchos de los asistentes decían: “Ya mejor que empiece la Banda El Recodo”...
El adagio de que “Si la imagen no se ajusta con la realidad...”, aquí en tierra de Zapata quedó ampliamente demostrado con el triunfalismo y un mundo virtual en la pantalla.