Esta condición ubica a Morelos en la séptima tasa de informalidad nacional cuando el promedio nacional es del 5.1%; además de la pobreza no alcanza ni siquiera para comer
Más del 63 por ciento de las personas que trabajan en la entidad lo hacen en la informalidad, por lo que carecen de prestaciones y sin vínculo alguno con el patrón, lo que los coloca en una grave situación. Más aún: incluso aquellos que tienen un empleo formal, padecen la lacerante pobreza laboral, porque aun percibiendo un salario formal y regularmente, no les alcanza para cubrir siquiera la alimentación de sus familias.
De esa manera, las cifras que el mandatario estatal, Cuauhtémoc Blanco Bravo, afirma en cuanto a la disminución de la pobreza en Morelos, quedan opacadas por un estudio de la organización “México, ¿Cómo vamos?”, que analiza avances y retrocesos, lo mismo que la situación en materia de empleo informal y formal, así como los niveles de precariedad en estos últimos.
En efecto, el estudio coloca a Morelos como la séptima entidad con tasa de informalidad en el país, con más del 63.6 por ciento, cuando el promedio nacional es de 51.3 por ciento. Y que la gente opte por la informalidad se debe a varios factores: la falta de preparación, que los empleos formales no son bien remunerados, con salarios bajos, o que no se han creado las suficientes fuentes de trabajo para una reciente población, particularmente entre los jóvenes.
En la investigación realizada por la organización "México, ¿Cómo vamos?", que analiza datos de 2023, año sobre el que informó recientemente el titular del Poder Ejecutivo estatal, también se analizan datos como la pobreza laboral, considerada como la percepción de un salario formal, pero que no es suficiente para cubrir los gastos de una canasta básica para una familia.
Si a esto se agrega que las familias también tienen que cubrir pagos de renta, agua, energía eléctrica y transporte, entre otros, la situación de numerosas familias es desesperada, porque incluso carecen de los recursos suficientes para poder enviar a sus hijos a la escuela, por lo que incluso en ocasiones tienen que empezar a trabajar en la informalidad desde pequeños, haciéndose más grave el círculo vicioso de la pobreza, sin expectativas de superar la situación.
La organización refiere la importancia de los que denomina “Semáforos Económicos”, los cuales son “indicadores seleccionados por nuestros expertos y expertas, que por su importancia e incidencia en el crecimiento económico y la generación de empleos, permiten hacer un diagnóstico de cómo va México”.
Y frente a los informes gubernamentales como el recientemente presentado por el gobernador, los Semáforos Económicos permiten evaluar “metas cuantificables y objetivas, y cuentan con movilidad periódica y están clasificadas en nacionales, estatales y sectoriales”.
En el caso Morelos, la investigación señala que en “Informalidad, del tercer trimestre de 2022 al tercer trimestre de 2023 la cifra pasó de 61.7 por ciento a 63.6 por ciento. En tanto, en la pobreza laboral, efectivamente hubo una ligera mejoría, de 50.5 por ciento, a 47.1 por ciento”.
No obstante, estos indicadores dan cuenta de que los niveles y condiciones laborales en Morelos están muy lejos de alcanzar los niveles que la sociedad, particularmente los que menos tienen, necesitan y merecen.