¿Satisfechos?
Vamos a ponerlo en positivo. Hay que felicitar al gobierno federal por “el rescate de Pemex” pues batió todos los récords imaginables, pero de ineptitud.
Ayer se conoció que la empresa estatal tuvo la peor producción de petróleo para un mes de enero desde 1979.
Y las aportaciones netas del gobierno federal a Pemex alcanzan el billón 500 mil millones de pesos en el presente sexenio.
Qué maravilloso “rescate de la soberanía”.
Felicitaciones por su ineptitud candidata Nahle, agrónomo Romero Oropeza.
Ineptitud y dogmatismo. Hicieron del petróleo un fetiche y perdimos lo que se gastó más lo que dejó de ingresar.
Nada de “gracias”.
A rendir cuentas del despilfarro.
Cualquiera de las dos candidatas que asuma en octubre tendrá una bomba en su escritorio.
Y aunque no le guste, también tendrá una responsabilidad ineludible: hacer que rindan cuentas los que tiraron ese dinero por el caño.
Que se abran los contratos directos, sin licitación, que están encriptados como secretos de seguridad nacional.
El dinero tirado, o parte de él, lo dejaron muy cerca de donde están los compadres de quienes han sido altos funcionarios federales en esta administración.
¿No es así, candidata?
Tal vez tengan que hacer efectiva su promesa de “devolverle al pueblo lo robado”.
Hace un par de semanas en el gobierno se ufanaron de haber “rescatado a la industria petrolera de la depredación neoliberal”.
¿Cuál rescate?
Además de producir menos y sangrar a la Federación, la deuda de corto plazo de Pemex aumentó 127 por ciento en estos cinco años.
Los adeudos a proveedores se incrementaron en 56 por ciento.
En lugar de disminuir, los pasivos son 250 mil millones de pesos mayores que a finales del sexenio pasado.
Con ese dinero tirado (repito, un billón 500 mil millones de pesos) hay que hacer la cuenta de lo que debió hacerse en infraestructura de salud y no se hizo.
Lo que debió hacerse en infraestructura escolar y no se hizo.
Lo que debió hacerse en infraestructura carretera, y no se hizo.
Sí, a rendir cuentas porque el despilfarro es histórico.
Y nos lo venden como el rescate de la soberanía energética.
En los siguientes cuatro años tendremos que pagar 900 mil millones de pesos en deuda de corto plazo de Pemex.
Ahora que “rescataron” la industria petrolera, la aportación de Pemex a la Federación pasó de 15.2 por ciento en promedio del sexenio anterior, a apenas 1.2 por ciento en 2023.
Qué bonito rescate.
Hay que repetirlo: de contribuir, en derechos e impuestos, con 15.2 por ciento de los ingresos del gobierno federal, Pemex pasó en el sexenio a aportar sólo 1.2 por ciento.
Para rescatar aún más la industria petrolera de la “voracidad neoliberal”, el gobierno decidió apostar fuerte a la refinación.
De las pérdidas netas acumuladas por Pemex en esta administración (cerca del billón de pesos), 80 por ciento es por cuenta de Pemex Refinación.
Comparemos con la refinación que hacen otras empresas grandes:
Por cada barril refinado, Petrobras gana 5.6 dólares. Exxon gana 3.2 dólares. Y Pemex, por cada barril refinado, pierde 35 dólares.
Sólo con dinero de juguete se pueden hacer esas locuras.
Pemex lo hace con el dinero de los impuestos de los mexicanos. Y con deuda, que los actuales funcionarios no van a pagar.
Por cierto, leo que el gobierno debió pagar ayer a Iberdrola 6 mil millones de dólares por la compra de una docena de plantas usadas de generación de energía eléctrica.
Con esos 6 mil millones de dólares no se va a generar un solo watt adicional a la producción de energía eléctrica ya existente en el país.
Iberdrola se llevará ese dinero a Brasil, donde invertirá en la producción de energías limpias. Aquí no se puede.
Qué bonito rescate.
Los “neoliberales” iban a vender petróleo que está en el subsuelo, sin gastar en buscarlo ni extraerlo, y el país ganaría hasta 80 centavos por cada dólar de petróleo.
Las empresas privadas empezaron a producir energías limpias, más económicas, y las frenaron. Para que pierda México.