Creo que hace bien Joaquín López-Dóriga en llevar la cuenta puntual de las alusiones viciosas que recibe del Presidente en su conferencia mañanera.
La deberían llevar todos los aludidos frecuentes.
Es un buen termómetro de los grados de fiebre, de la irritación presidencial, contra quienes no hacen otra cosa que su trabajo informativo y crítico.
La cuenta de Joaquín es indicativa y quizá refleja similares intensidades que la de varios de sus colegas, señaladamente Carlos Loret, Ciro Gómez Leyva, Carmen Aristegui.
Vean el ascenso de la fiebre en el termómetro de López-Dóriga:
Hasta el jueves pasado, en los cinco años y cacho que el presidente lleva de mañanear, había mencionado a López-Dóriga 240 veces. Sólo 2 veces en el año 2019; 6 veces en 2020; 38 veces en 2021. Pero 115 veces en 2023: una alusión por cada dos mañaneras.
En lo que va 2024, lo lleva mañaneado 26 veces, con lo que supera su marca del año pasado en ese mismo lapso.
El presidente mañanea a su gusto a los periodistas más visibles y con mayor credibilidad del país, y al mismo tiempo dice que los va a proteger, porque a los ”malos de Malolandia” se les puede ocurrir lo peor con tal de afectarlo a él, se les puede ocurrir atentar contra estos periodistas.
Bueno, los “malos de Malolandia”, han matado durante su gobierno a 43 periodistas.
Uno de los blancos preferidos del presidente, Ciro Gómez Leyva, ha sido ya víctima de un atentado.
Otro de sus blancos preferidos, Carlos Loret de Mola, ha sido sometido a una inquisición judicial por difundir un video del hermano del presidente, Pío López, recibiendo dinero ilegal para el movimiento de su hermano: un delito claro, pero el demandado fue el periodista, no el delincuente.
Dice bien López-Dóriga que al estigmatizar a periodistas el presidente les pone un blanco en la espalda.
Y lo hace en una fiebre ascendente, como muestra el termómetro del propio Joaquín.
Está muy claro que los “malos de Malolandia” no son amigos ni partidarios de los periodistas estigmatizados.
Hay mil evidencias, en cambio, de que son tolerados, no perseguidos, por el actual gobierno, y de que fueron sus aliados electorales en 2021.