Incognitapro

PROHIBIDO PROHIBIR

Javier Jaramillo- Prohibido Prohibir

 

De Marchas y Preferencias

Si bien toda razón manifestada públicamente es un derecho constitucional, temas como el de la desaprobación a un sector cada vez más desencadenado -entendido como quitarse las cadenas luego del nuevo estatus legal- como es el lésbico-gay, por parte de un sector numeroso de la sociedad pero no por ello con la verdad absoluta. La presencia al frente del obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro, tratando de aparecer como uno más sin lograrlo, porque él es el máximo representante de la Iglesia Católica en Morelos, le da un agregado especial al movimiento ordenado por los católicos mexicanos y sus diversos sectores, sin duda alguna de los más importantes del país y, en este caso, del Estado de Morelos.

Si el asunto fuera de números por quienes están a favor o en contra de cualquier reforma legal, será cosa de empezar a contar. Pero no es ni llega a ser así. Las calles del mundo empiezan a poblarse más con la protesta, razonable o no, pero legal. Si bien las coloridas marchas por el Orgullo Lésbico-Gay son objeto de reacciones encendidas desde sectores conservadores con tintes de alta intolerancia, no conocimos que algún miembro de la CLG se haya atravesado a ofender o confrontar a los manifestantes encabezados por la iglesia católica. Ellos han ganado, paso a paso, un lugar que ni en sueños esperaba una sociedad como la mexicana, como el permiso para casarse con sus parejas, lo que en otras partes del mundo ya tiene tiempo pero todavía vive resistencias.  

No es un tema sencillo, porque se trata genéricamente, no son puntos individuales. Así como los creyentes de la Iglesia Católica es una fracción respetable, no todos marchan para manifestarse en contra de quienes tengan gustos diferentes.

Anteayer volvimos en los días y los meses con años al punto exacto de aquella palabra: “Crímenes de Odio”. No había proclamas ofensivas de los que tomaron sus calles -sí, son de todos, de usted, mías, de aquellos-, aunque la huella de la intolerancia marcada a la vista. Los cartelones eran lo mismo en Cuernavaca que en Monterrey, Mérida, Torreón o Guadalajara. Marcados por una línea dirigente, repetimos, importante, pero no dueña de la verdad. ¿Cuántas familias no cuentan entre sus filas, con todo respeto, con parientes de gustos diferentes a los suyos? ¿Les impiden estar cerca, los corren o qué les hacen? La Doble Moral en muchos casos, en el discurso.

Pero bueno, La Familia es La Familia. Tomemos nota de los avisos de odio, porque en esas cuentas normalmente nunca salen bien los números. La intolerancia es notoria, a la medida de la Doble Moral.

Ámbito: 
Local