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El triunfo de Trump y la amenaza al nearshoring

Ayer, con la información disponible hasta el momento de escribir este texto, se volvió a dar un triunfo contundente de Donald Trump.

La decisión que el lunes tomó la Suprema Corte de Estados Unidos, en el sentido de permitir que Trump no sea excluido de las boletas por su participación en los hechos del 6 de enero del 2021, además, lo acerca más a la candidatura.

Claro, hay que evaluar aún con detalle los márgenes con los que triunfó para calibrar sus posibilidades reales en la elección constitucional de noviembre, pero por hoy es visto como el favorito.

Por esa razón, ha cobrado más relevancia la propuesta que ha hecho para imponer aranceles de 60 por ciento a la totalidad de las importaciones provenientes de China.

 

Este hecho ha puesto muy nerviosos a los desarrolladores de parques industriales en nuestro país que tienen fuerte presencia china y también a Tesla, que estaba preparando una importante red de proveedores chinos para su planta de Santa Catarina.

Los datos del Departamento de Comercio de EU indican que el volumen de importaciones procedente de China alcanzó poco más de 430 mil millones de dólares. China es el segundo proveedor más importante de Estados Unidos, solo detrás de México.

Gravar con 60 por ciento todo este volumen implicaría un arancel de casi 260 mil millones de dólares. Aunque ya hay un volumen importante gravado hasta con el 25 por ciento, la tarifa con la que amenaza Trump sería un gran golpe para el comercio con China, pues muchos proveedores dejarían de ser competitivos.

Una de las reacciones que he captado entre el sector empresarial del país es que eso sería positivo para México, pues habría más espacio para los productos mexicanos en el mercado norteamericano.

En cierta medida, el nearshoring detonó a partir de que en el año 2018 Trump impuso aranceles especiales a un grupo importante de importaciones provenientes de China.

Algunos piensan que tarifas más elevadas y generalizadas para los productos chinos implican una oportunidad mayor para México.

A diferencia de lo que ocurrió a partir del 2018, creo que ahora el caso no es tan simple.

Resulta que una parte importante de las inversiones que se están haciendo en México tiene que ver con Asia.

Diversos desarrolladores de parques industriales coinciden en que, aunque los chinos no siempre son la cara de los recursos, y aparecen proyectos de Taiwán, Corea, Estados Unidos, o aun de México, al final están atrás.

Es bien sabido que el gran auge de las exportaciones de Vietnam vino de la mano de su alianza con los empresarios chinos que a veces triangulaban con Vietnam las ventas a EU.

Una política más agresiva de EU en contra de China a partir del próximo año, si bien podría beneficiar a diversos exportadores locales, también podría significar una inhibición de las inversiones chinas en México.

Por eso es por lo que algunos desarrolladores de parques industriales, en la medida que están viendo una demanda creciente de espacios por parte de empresarios chinos, han expresado sus preocupaciones respecto al futuro de estas inversiones en el contexto sociopolítico de un mayor enfrentamiento entre China y Estados Unidos en una eventual presidencia de Donald Trump.

Los casos de la investigación contra el acero y el aluminio de México, porque presuntamente triangulan productos chinos, son solo ejemplos de lo que podría venir en el futuro con una visión rabiosamente antichina en la Casa Blanca.

De la misma manera, que seguramente la revisión del TMEC en 2026 buscaría inhibir, al menos indirectamente, la llegada de inversión china a México.

Así que, no habría que estar tan alegres con la posibilidad de un mayor golpe a los chinos ante un eventual triunfo de Trump.

Quizás la presidencia de Trump podría favorecer a algunas exportaciones mexicanas, pero al mismo tiempo cortarles la cabeza a muchas inversiones chinas que hoy están empujando el crecimiento.

Ámbito: 
Nacional