Metiéndose en lo que no debiera, acusa de “expresiones y discursos racistas y clasistas” (sólo habló Lorenzo Córdova) a la reciente Marcha por la Democracia que atestó la Plaza de la Constitución, y atribuye a la coalición que postuló a Xóchitl Gálvez imaginarios agravios al derecho de elección.
Servil, ensalza a Sheinbaum por haber “hecho referencia a los derechos humanos”, en tanto que a Gálvez le cuelga “aprovechar” lo de los números telefónicos balconeados (inicialmente por AMLO con el de la editora del New York Times) para su campaña, “banalizando” el incidente y “minimizando” los hechos.
Acorde con la línea de Palacio, se lanza contra los medios periodísticos asociándolos a la oposición y atribuyéndoles una campaña “negra” con “desinformación”.
De Xóchitl asegura que “optó por un discurso de contraste” y de “sesgo en el manejo de su información y en el uso de denuestos y ataques personales”.
Vomitivo arrastre.
2.- Si se considera que en tres meses (de diciembre a la fecha) 17 aspirantes a cargos de elección han sido asesinados y suman 23 los que solicitan la protección del gobierno federal, se comprende mejor la advertencia de antier por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Volker Türk:
“En América Latina y el Caribe, la prevalencia y la violencia de las pandillas y el crimen organizado tienen graves impactos en las vidas y los derechos de millones de personas, inclusive en Ecuador, Haití, Honduras y México. En México, varios procesos electorales coincidirán en junio, lo que dará lugar a la elección de más de 20 mil cargos públicos, incluido el presidente, miembros del parlamento federal y una amplia gama de representantes y autoridades estatales y locales. Este inmenso ejercicio de derechos políticos y civiles debe salvaguardarse contra la violencia (…). Sólo las políticas basadas en los derechos humanos pueden ofrecer soluciones efectivas y sostenibles. Es necesario abordar la corrupción, la impunidad, la mala gobernanza y las causas estructurales profundas de la violencia (…), con la plena participación de la sociedad civil y las comunidades afectadas….”.
De no ser que le ofendiera la equiparación con Ecuador, Haití y Honduras, no se entiende la virulenta, paranoide y deplorable reacción de López Obrador:
“El Alto Comisionado es muy, muy tendencioso, está en contra de nosotros y hace comparsa con los que quieren demostrar que México es un país muy violento”.
Pese a que además durante su gobierno van poco menos de 181 mil homicidios dolosos y casi 50 mil desapariciones, la declaración implica que al país lo sabe violento pero no mucho,...