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TEMPLO MAYOR

 

SER el compadre del presidente de México y su compañero en el golf tiene sus privilegios. Y eso lo sabe bien Luis Enrique Miranda Nava.

AL NUEVO responsable de combatir la pobreza en México le gusta la buena vida y darse sus lujos, como ya lo empezaron a sentir sus colaboradores en la Secretaría de Desarrollo Social.

RESULTA QUE para trasladarse a Tuxtla Gutiérrez para una reunión con el gobernador Manuel Velasco, el nuevo secretario de Sedesol decidió pedirle al Estado Mayor Presidencial que le facilitaran un jet de seis plazas, porque eso de andar viajando en líneas comerciales es muy pobre.

LO PEOR de todo es que Miranda también pidió que le prestaran un helicóptero, para ahorrarse el traslado... ¡dentro de la Ciudad de México! El funcionario pretendía que lo llevaran del Campo Marte al AICM, para ahorrarse el tráfico del Viaducto, pero en Los Pinos le dijeron: "No".

 

 
DE MANERA sigilosa, pero nada discreta, el sinaloense Mario López Valdez pretende seguir los fallidos pasos de Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte: blindarse para no tener que enfrentar a la justicia.

EL GOBERNADOR de Sinaloa sacó del baúl un decreto que tenía tres años archivado, el cual le permite darle la vuelta al nuevo Sistema Nacional Anticorrupción. Y no sólo eso: también pretende amarrarle las manos a su sucesor, el priista Quirino Ordaz.

EL DECRETO establece que los actuales magistrados del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, al ser ratificados por Malova, durarán seis años en el cargo y no podrán... ¡ser removidos!

ES DECIR, aquellos que tendrán que juzgar los casos de corrupción gubernamental, serán puestos ahí por López Valdez y nadie los podrá quitar, por lo que seguramente le estarán eternamente agradecidos.

LA COSA está en que este decreto, obviamente, contradice la reforma anticorrupción que entró en vigor a nivel federal, por lo que, si es consecuente, la PGR deberá impugnarlo ante la Suprema Corte en tres, dos, uno...

 

 
AL QUE se le está haciendo bolas el engrudo constituyente es a Manuel Granados.

POR PARTE del gobierno capitalino, el Consejero Jurídico es quien trae la batuta para los trabajos de la Asamblea Constituyente, pero a dos días del arranque se ven más huecos que avances.

DE ENTRADA los constituyentes de Morena pretenden hacer de las suyas imponiéndole al resto de la Asamblea el lugar, la hora y la sede del inicio de labores. Vaya, ni siquiera quieren tomarse la foto para el gafete y están exigiendo que les den las riendas de la comisión instaladora. Y su nieve, al parecer, la quieren de limón.

 

Ámbito: 
Nacional
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