No me aburrió el debate de los candidatos a gobernar Ciudad de México. Quizá las mejores propuestas generales estaban en el discurso de Salomón Chertorivski pero la realidad política decía, con claridad irremontable, que lo importante era lo que planteaban los ex alcaldes aspirantes Clara Brugada y Santiago Taboada.
La realidad también definió durante el debate cuál es la ciudad que los tres candidatos prometen y prefieren tener.
Es una Ciudad de México parecida a la alcaldía Benito Juárez, que gobierna Taboada, y no la alcaldía de Iztapalapa, que gobierna Brugada.
No hubo cómo engañarse con esto. Durante el debate, la misma Brugada dijo que quería una ciudad de clase media, esa clase media que desprecia el presidente López Obrador, y que encarna como ninguna la alcaldía Benito Juárez de Ciudad de México.
Lo que Clara Brugada dijo con esa frase es que quisiera gobernar una ciudad parecida a la parte de la ciudad que ha gobernado Taboada. Quiere para Ciudad de México y para Iztapalapa algo parecido a la alcaldía que han gobernado los panistas.
Es una involuntaria concesión aspiracional: la realidad de la alcaldía Benito Juárez resulta más deseable para Brugada que la realidad de su propia alcaldía, que ella ha gobernado los últimos diez años.
De modo que cada vez que Brugada prometía lo que iba a hacer en busca de esas clases medias, confesaba sin querer lo que no ha hecho.
La concesión aspiracional de Brugada quedó clara en una metáfora. Brugada habló de promover la natación y Taboada le respondió que sería natación terrenal en tierra porque en Iztapalapa no hay agua.
Después del debate de los candidatos de Ciudad de México vi el de los candidatos a gobernar Jalisco. Entendí, con el desempeño del candidato Pablo Lemus, de Movimiento Ciudadano, lo fácil que puede ser ganarle un debate estatal a los candidatos de Morena.
Basta con preguntar a los votantes locales, como hizo Lemus, si quieren para su estado algo parecido a la catástrofe de inseguridad que Morena ha llevado a estados como Guerrero, Michoacán, Zacatecas o Colima, cuya capital es la pequeña ciudad más violenta del mundo.
Knock out.