Los decomisos que ha hecho la Guardia Nacional (GN) en los últimos cuatro años evidencian que el crimen organizado utiliza armas de más alto poder, más sofisticadas y que, en su mayoría, son de uso exclusivo del Ejército.
Especialistas en seguridad consideran que la forma de obtener las armas es por el mercado negro o a través de una fuga en las Fuerzas Armadas. Del 1 de enero de 2020 al 20 de enero de 2024 elementos de la GN han incautado a células delictivas 2 mil 381 armas de fuego.
De éstas, mil 82 son del uso exclusivo del Ejército: fusiles de asalto, mil 15; ametralladoras, 21; subametralladoras, 18; fusiles antimaterial Barrett, 17; subfusiles, seis; metralletas Uzi, cuatro y una ametralladora Minimi.
Los estados con el mayor número de incautaciones de armamento sofisticado son: Sonora, con 283; Michoacán, con 219; Guanajuato, con 157; Jalisco, con 139; Zacatecas, con 61; Chihuahua, con 53 y Guerrero, con 29. Las estadísticas reflejan que a nivel nacional se incautaron en total 2 mil 381 armas, mil 82 sofisticadas y mil 299 convencionales. En 2020 fueron 558, en 2021, 675; en 2022, 596; en 2023, 540 y en enero de este año, 12.
Más sofisticación y poder en armas del crimen organizado
En respuesta a una solicitud de información realizada por EL UNIVERSAL, la Guardia Nacional informó que le corresponde salvaguardar la vida, integridad, seguridad y los derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz.
Resaltó que aplica y opera la política de seguridad pública en materia de prevención, combate de delitos e investiga la comisión de los mismos bajo la conducción y mando del Ministerio Público de la Federación.
La GN enfatizó que se reciben denuncias sobre hechos en términos de las disposiciones aplicables y subraya que la corporación entró en funciones el 1 de julio de 2019. De julio a diciembre de ese año el personal únicamente proporcionaba seguridad perimetral a los tres órdenes de gobierno.
Rafael Cortés, instructor de tácticas operativas y armas de fuego, refiere que entre las unidades de uso militar se encuentran, por ejemplo, la ametralladora Minimi de fabricación belga y estadounidense, que puede utilizarse en combate a corta y larga distancia; también la puede emplear un francotirador.
La metralleta Uzi de origen israelí consume por su lado un cargador de 30 cartuchos en menos de 10 segundos y representa un poder de fuego impresionante que no necesita un civil; además, es pequeña y discreta, y puede alcanzar a ocho personas con una sola ráfaga. “Las armas tienen dos poderes fundamentales: de detención y penetración; éstas tienen las dos: van a poder atravesar el cuerpo de una persona, posiblemente también a la persona que se encuentre detrás y muy rápido… no es lo mismo que disparar con una pistola”, comenta.
Instructores de manejo de armas resaltan que el fusil Barrett calibre .50 es extremadamente sofisticado y se usa para disparar a larga distancia a vehículos con blindaje ligero, incluso aéreos. Un ejemplo del uso de estos rifles fue el atentado contra Omar García Harfuch, entonces secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, en junio de 2020, que dejó un saldo de tres muertos y cinco lesionados.
“Casi en todos los eventos delictivos donde interviene o aparece la delincuencia organizada emplean armas de esa naturaleza. Un caso es el de García Harfuch: su vehículo, a pesar de que era blindaje nivel siete, fue impactado con armas Barrett calibre .50… de hecho, salió muy dañada la camioneta. A cualquier unidad sin blindaje la hubieran destrozado”, argumentan los instructores.
Recuerdan que, en la detención de Ovidio Guzmán, El Ratón, el 5 de enero de 2023 en Sinaloa, los delincuentes emplearon también armas de alto calibre y de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, como un Barrett calibre .50 que disparó a un helicóptero que sobrevolaba la zona.
Yuriria Rodríguez Castro, especialista en seguridad, expresa que posiblemente estas armas se adquieren a través de la frontera con Estados Unidos. “Hablan de redes muy grandes de tráfico de armas entre ambos países, pero no mencionan cuáles son los grupos criminales involucrados”.
Sostiene que es un síntoma de que las armas que están llegando a manos de los delincuentes son de uso exclusivo del Ejército y que este tipo de armamento solo lo podrían tener las Fuerzas Armadas.
La también doctora en Ciencias Penales y Política Criminal abunda en que hay una falta de trabajo por parte de las autoridades mexicanas y estadounidenses en la cooperación bilateral.
“Decir que es exclusividad de Estados Unidos sería absurdo. Hoy con los flujos migratorios tenemos un mercado de drogas y armas en las fronteras… deberíamos saber si en los operativos se tienen documentados estos aseguramientos”, afirma.