En su intervención dentro de los trabajos para la Reforma del Estado, puso a consideración de los participantes analizar y crear una nueva Constitución, pues la primera fue escrita en 1870 y no hay vigencia; y la segunda parte se presentó en 1930, es decir, hace 85 años, y la sociedad ha evolucionado al respecto
Insistió en la necesidad de ver un contenido constitucional que no rebase más de 50 artículos, es decir, dejar en ese asunto de la Revolución y la Independencia lo que es hoy el nuevo movimiento social en México.
"Hoy nos enfrentamos a la nueva realidad del país que inició en 1985 con un terremoto, el cual logró que la sociedad se uniera y permitió que la solidaridad rebasara los esquemas de Gobierno, y esto la ayudó a salir adelante en muchos aspectos, por lo que es necesario retomar esos movimientos y hacer una gran revolución social".
Por ello, de la mano de los presidentes municipales y sus cabildos, de los partidos políticos, del Poder Judicial y con la guía del Impepac, se busca trabajar en una nueva Constitución, que se debata y que también opinen los empresarios y todos los sectores sociales.
De no hacer eco a este llamado, Moreno Merino vislumbró un escenario de obsolescencia jurídica.
Ante la ausencia de algunos a este acto, refirió que "estamos aquí los que queremos estar, no están los presidentes de los partidos que tienen un pensamiento estático y estéril, no porque no hayan sido invitados, sino porque ellos mismos se excluyeron y así también los hace a un lado la sociedad; pretextos hay muchos y así de grande es su pensamiento".
Insistió en que quienes no asistieron a este encuentro no quisieron entrar a un espacio donde está la representación de los presidentes municipales y los diputados "que no tenemos biblia, sino Constitución y no nos disfrazamos de obispo un día y de laicos al otro".
Moreno Merino indicó que estas mesas deben ser para escuchar a los ciudadanos, porque "del tamaño de nuestras acciones será el tamaño de las expectativas que tenemos en los ciudadanos".
La Mesa para la Reforma del Estado permitirá conocer la simpatía o no que se tiene con la sociedad, aclaró, al citar que no es entre legisladores esta relación.
Finalmente y ante los conflictos sociales que se viven en el estado, dijo que "si marchan o no, las reformas están hechas y si nos gusta o no, el manotazo al transporte está dado, por lo que es disciplina y seriedad lo que ocupamos, no es un concurso de popularidad o belleza, sino un hecho de trascendencia ciudadana".
Reiteró que no es con marchas como se renovará el espíritu ciudadano, ni con propaganda estéril se llevará a una mayor confrontación, porque la Constitución no es homofóbica, sino que da igualdad a todos los ciudadanos, expuso.