A unos les pide no llegarle acompañados por “intermediarios” y de la segunda dijo ayer: “La voy a recibir en su momento”, porque “como hay temporada político-electoral, no queremos ni tocar el tema ni que nos usen, ya ven cómo son los conservadores: se vuelven feministas, defensores de los derechos humanos, ambientalistas, de acuerdo con lo que les conviene…”.
La señora replicó: “Necesidades las tenemos ahora, no pasando junio…”.
De los padres dijo ayer:
“Si ellos dicen ‘no, tienen que estar nuestros abogados, tienen que estar los de derechos humanos’, pues entonces también dialogamos. Pero quiero pedirles que cuando menos en la primera reunión lo hacemos como se los estoy proponiendo; si no, de todas maneras los voy a recibir. Vamos a dialogar. Estamos esperando que nos den sus puntos de vista acerca del planteamiento que les hice de que quiero hablar con ellos, sin sus abogados y sin sus asesores de las organizaciones supuestamente de defensa de derechos humanos”.
Hace que no sabe que desde hace dos semanas los padres le respondieron que no hablarán con él sin la presencia de quienes no quiere ni ver.
Con Cecilia no hablará, porque ella, ante la negativa de ser recibida en Palacio Nacional, amenazó con lanzar una “ficha de búsqueda” del Presidente, de quien dice que al llegar a Palacio “desapareció” y pretende entregarle una “pala de mando” para que sea él quien excave y localice a sus dos hijos desaparecidos (“Vine a tocar las puertas del Palacio de López Obrador para entregarle la pala con la que busco a mis hijos. Esta pala nunca debió estar en mis manos ni debió sentir los huesos romperse de los cuerpos que ha desenterrado. Tome el mando, Presidente, hágase cargo de los desaparecidos”, escribió)
De los buscados, los únicos que por lo visto le importan son los que la Secretaría de Gobernación consiga desaparecer de la cifra oficial —superior a 52 mil durante su gobierno—, más uno del siglo XIX (sobre quien escribió un pequeño libro): Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un virtual desconocido “precursor” de la Revolución mexicana que desde Texas escribía contra Porfirio Díaz y terminó muriendo por una causa de colombianos en un archipiélago de Panamá, hasta donde López Obrador envió a casi un centenar de militares en el buque Huasteco de la Marina con la misión de localizar sus restos.
La estrecha relación política con el movimiento de Ayotzinapa se fracturó cuando AMLO negó que la masacre de 2014 haya sido un “crimen de Estado” y exculpara al ex presidente Peña y al ex secretario de la Defensa Nacional; se recrudeció con el camionetazo a la puerta lateral de Palacio y se catapultó con el asesinato de uno de los atacantes a manos de policías de su correligionaria de Morena Evelyn Salgado.
El asalto… queda en pausa y reaparecerá el lunes 1 de abril.