Todas las señales indican que estamos ante la presencia de una elección de Estado. Esto no quiere decir que ya hay ganadoras, tanto a nivel federal, como en el estado de Morelos. Lo que quiere decir, es que los recursos económicos de partidas del presupuesto se destinen a las campañas, todos los recursos humanos, dígase, siervos de la nación, funcionarios estatales, municipales y federales, serán canalizados a apoyar las campañas de Claudia Sheinbaum y de Margarita Saravia en Morelos.
Este fenómeno político no nos debe de asustar ni mucho menos pensar que ya la elección está definida y es puro trámite. Todos los partidos políticos, cuando han estado en el poder, tienen la tentación de desviar recursos para apoyar a sus candidatas y candidatos, pero hay una diferencia sustancial: el partido en el poder, Morena, juraron y perjuraron, que ellos son diferentes y que respetarían la voluntad ciudadana, pero ¡Ooooh! Sorpresa, son iguales a los que han criticado, pero con la posibilidad de que pueden ser peores.
Lo que tiene de especial esta elección del 2024 es que el campo de batalla se está dando en redes sociales y ahí, en ese terreno la sociedad civil tendrá mayor peso político y podrá rebasar el trabajo que están haciendo los partidos políticos.
En el caso particular del estado de Morelos, tenemos un gobernador, Cuauhtémoc Blanco, que está siendo repudiado por el pueblo bueno, por su ineficacia y malos manejos en el combate a la delincuencia y la rechifla que recibió su hermano Ulises Bravo Molina, delegado especial en funciones de dirigente estatal de Morena, son sintomáticos del malestar de los morenistas y de los ciudadanos. Me parece, que este malestar ya alcanzó a su candidata Margarita Saravia, que simple y sencillamente no despunta en su campaña.
Por su parte, la opositora Lucy Meza, con su experiencia política y su carisma avanza conquistando la simpatía y adhesión de grupos representativos de la sociedad morelense.