Revocación del mandato
De manera intempestiva, el tema de la revocación del mandato fue puesto sobre la mesa por el nuevo gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello, que anunció la iniciativa en su toma de posesión.
Se trata de una pifia descomunal del joven mandatario priista, toda vez que se convierte en un ejemplo para el resto de los estados y el gobierno federal.
¿Por qué en Zacatecas los priistas sí están de acuerdo con un referéndum para quitar al gobernante, y en el resto del país no?
Una señal más de que los priistas están sueltos y desorientados.
La idea de quitar al mandatario por la vía de una consulta puede prender como lumbre en hierba seca.
Quitar autoridades por la vía del referéndum sería el paso que nos falta dar para caer en la anarquía, y lo está dando un gobernador del PRI.
Cuando hay irritación contra todos los niveles de autoridades, a un gobernador del PRI se le ocurre proponer de manera formal la revocación del mandato.
Así abre la puerta para que se legisle a nivel federal. Y le encarrila el toro al Presidente, que pasa por horas bajas en cuanto a aceptación popular.
Les ha dado la razón a los que desde hace casi diez años han buscado la desestabilización del país. A los forjadores de la agitación permanente.
Es fácil crear un movimiento de inconformidad, violenta incluso, y las autoridades acaban destituidas.
Llegan otras… hasta la siguiente revuelta.
Que explique el gobernador Tello cuál es la diferencia esencial entre conceder a un referéndum la facultad revocatoria en un estado, y no en la federación.
Y los demás gobernadores priistas, ¿no deberían seguir el ejemplo del mandatario zacatecano y consultar a la población si se quedan o se van?
Si hoy se presentara un referéndum revocatorio en todos los estados del país, o en la federación, ningún gobernante priista permanecería en su cargo. Ni el Presidente.
Tal vez no hay gobernante alguno en el país, del partido que sea, que supere un referéndum revocatorio.
Se tendrían que ir todos: azules, verdes, rojos y amarillos. Y el independiente. ¿Quién llega? El caos.
Instaurar esa figura en México provocaría una constante crisis política en el país, ya que a cada error de un gobernante se le sujetaría a la prueba de irse.
Los movimientos de gobernantes estarían sujetos al humor social, muy semejante al de los aficionados del futbol que, enojados, piden la cabeza del entrenador del equipo.
En México hay una figura sólida para mantener la paz social y evitar el caos político, que es la no reelección.
A los seis años se cambia obligatoriamente de Presidente y de gobernadores, y si se quiere también se cambia de partido, cosa que no ocurre en otros lugares del mundo, como Venezuela.
¿Por qué lanzó esa iniciativa el gobernador Tello?
Porque todo está suelto y es tiempo de ocurrencias.
Ante el malestar extendido en el país contra las autoridades, éstas empiezan a inventar. Nada más peligroso que las ocurrencias. El gobernador Tello acaba de dar una muestra.
Twitter: @PabloHiriart