El mejor presidente de la historia
Un coro de jilgueros en redes sociales y mítines políticos ha comenzado a cantar, duro y dale, un exótico estribillo que nos dice que López Obrador ha sido el mejor presidente de la historia de México.
¿O será sarcasmo?
El hecho es que en el sexenio del presidente López Obrador el país dejó de crecer al ritmo de los cinco presidentes anteriores, lo que implicó la pérdida de 2 billones 520 mil millones de pesos.
Con López Obrador, México perdió 2,520,000,000,000.00 de pesos.
De haber mantenido el crecimiento promedio de 2.58 por ciento anual de los sexenios anteriores, esa cifra de recursos, casi impronunciable, no se habría perdido.
Esa cifra es sólo el dinero que perdió la economía por el freno al ritmo de crecimiento que, unos más y otros menos, dejaron en promedio los gobiernos de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña.
Aparte de lo que se perdió por la falta de crecimiento (2 billones 520 mil millones de pesos) hay que sumar lo que se despilfarró en sobrecostos de los elefantes blancos, caprichos personales e inercias estatistas. y lo que se tiró en Pemex.
En Pemex, al final del sexenio, se habrán tirado cerca de 2 billones de pesos en transferencias directas y beneficios fiscales.
Sí: 2,000,000,000,000.00 de pesos de los contribuyentes tirados en una empresa que ahora produce entre 12 y 18 por ciento menos petróleo que en 2018.
El Tren Maya, que aún no está concluido, ha tenido un sobrecosto igual a tres veces lo presupuestado, por lo que habrá costado, con cifras actualizadas a 2024, la cantidad de 515 mil 762 millones de pesos.
Sí: 515,762,000,000.00 de pesos de los contribuyentes, tirados en la selva maya en un proyecto que no es ni será rentable.
La refinería en Dos Bocas, donde hay menos gasolina que en las tuberías de agua potable de la Ciudad de México, ha implicado tirar en un pantano alrededor de 324 mil millones de pesos (dejándola en 18 mil millones de dólares, aunque va a terminar costando entre 20 y 22 mil millones de dólares).
Sí: 324,000,000,000.00 de pesos de los contribuyentes por hacer una obra a la carrera, con sobrecostos, sin puerto donde sacar el coque y destrucción del medio ambiente.
No hay que olvidar el dato de que Pemex Transformación Industrial (PTI) pierde, en este sexenio, la cifra récord de 35.60 centavos por barril refinado.
La destrucción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, avanzado en 33 por ciento, costó alrededor de 235 mil millones de pesos. Hay quienes calculan por encima de los 300 mil millones de pesos.
Sí: 235,000,000,000.00 de pesos pagamos por destruir lo que iba a dejar dinero al país.
Aparte está lo que iba a ingresar de manera directa e indirecta por el NAIM y sus seis pistas funcionando.
Lo anterior es con cargo al crecimiento del que México se privó. Es decir, los 2 billones 520 mil millones de pesos mencionados al inicio.
Sumemos lo que costó la construcción del AIFA en Santa Lucía, que opera con subsidio por su mala conectividad.
Más la compra de una aerolínea, Mexicana de Aviación, que también opera con subsidios.
Ahí están las cuentas del “mejor presidente de la historia de México”, según dice el estribillo que corean sus jilgueros.
“Le tocó una pandemia, que tiró la economía mundial”, dicen y repiten. Es cierto lo de la pandemia de costos catastróficos. Y el único que en su momento la negó fue López Obrador. Dijo que no afectaría a la economía de México.
Resulta que el año duro de la pandemia, 2020, la economía mundial cayó -3.1 por ciento. Pero la economía de México cayó -8.7 por ciento.
Ahí están las cuentas que entrega “el mejor presidente de la historia”, sólo en términos económicos.
Llamo “jilgueros” a los que repiten ese estribillo en redes sociales, porque no me consta que sean bots, es decir cuentas robots creadas por la Presidencia de la República. De ser el caso tendríamos que referirnos a López Obrador como “el autonombrado mejor presidente de la historia de México”.
Un último punto en el campo de la economía, no menor, es el empleo. Los jilgueros en las redes y en otros sitios, repiten que la creación de empleos formales en este sexenio ha sido, también, “histórica”.
La realidad es otra, como publicó Víctor Piz en estas páginas. El promedio mensual de puestos de trabajo creados en esta administración es de 28 mil 616. En el sexenio pasado fue el doble: 57 mil 819 empleos mensuales.
Todo el dinero que ha perdido México en este sexenio es el costo de una locura.
¿Se puede recuperar?
Sí, hemos perdido tiempo, pero se puede recuperar.
Aunque, obviamente, no por el mismo camino.
(Mañana continuamos con el costo de una locura).