Morelos se apunta en el contexto nacional como un estado sin rumbo, sometido a intereses de cárteles criminales, consecuencia
de la complicidad oficial, me parece que vendrán cosas peores, cuando choquen los intereses de grupos delincuenciales
en la disputa por la gubernatura
Pedro Martínez Serrano
La convulsión política y la ingobernabilidad que se vive en Morelos, a consecuencia del radicalismo y estupidez con que se conduce el ladrón que desgobierna, el tabasqueño Graco Ramírez, se ha convertido en caldo de cultivo para el proselitismo de aventureros, oportunistas y rateros, cómplices de criminales, enloquecidos que piensan que luego de lo que hoy se vive, cualquier imbécil puede ascender a la gubernatura.
Y es que a medida que el 18 de acerca, se intensifica también el proselitismo ramplón, el oportunismo, el agandaye de aventureros y traicioneros que se creen con merecimientos de los que carecen, para ascender a la candidatura al gobierno del Estado, lo mismo por alguno de los desprestigiados partidos políticos, que por la vía independiente. Para el caso, de los que se han asomado para mostrar su aspiración, ni a cuál irle. Pura basura política.
Entre los acelerados y enloquecidos, que un día sí y otro también le echan combustible a la polarización social, en abono de su causa, se encuentran el raterismo Rodrigo Gayosso, hijastro de Graco y presidente del PRD; el panista veracruzano Edmundo Javier Bolaños Aguilar, socio y cómplice de Graco, hoy presidente de la Cámara de los Diputados Federales, con un negro historial de corruptelas y complicidades criminales y el oportunista, ahora independiente de pacotilla; el Bronco de quinto patio, Vinicio Limón Rivera, el parasitario cetemista que ha vivido y se ha enriquecido a costa del partido en contra del que ahora arremete, el Revolucionario Institucional, también arrodillado a los intereses del gobernador Ramírez a cambio de plazas, igualas mensuales y contrataciones a trasmano.
Si hoy Morelos se apunta en el contexto nacional como un estado sin rumbo, sometido a intereses de cárteles criminales, consecuencia de la complicidad oficial, me parece que vendrán cosas peores, cuando choquen los intereses de grupos delincuenciales en la disputa por la gubernatura y, se nueva cuenta, la traición se convierta en el circulante electoral.
Gayosso Cepeda es un sujeto perverso, profundamente perverso, tanto como ratero y vengativo, pero también enfermito emocional que, sin más, rompe en llanto, de preferencia al hombro de alguno de los muchos sujetos que le hacen comparsa; atléticos y bronceados, como muchos de los que le cuidan la espalda.
Precisamente el príncipe heredero al trono, como se siente el también enfermito adicto, se cree con merecimientos de ser candidato y dice, a quien lo quiera escuchar, que tiene copados a todos los partidos, especialmente al PAN, en donde el diputado federal Edmundo Javier Bolaños trae acuerdos con él, gracias a los negocios millonarios que ha hecho a costa de su relación con Graco y, también a los belices cargados de billetes que se le han entregado por los servicios prestados.
El otro loquillo traicionero que anda desatado, tirando golpes a lo que se mueva, y enardeciendo a grupos ciudadanos en contra de los partidos y de aquellos a los que ve como sus oponentes, es Vinicio Limón Rivera el concesionario de la CTM en Morelos que, al amparo del PRI, se ha enriquecido hasta la locura a costa de la explotación y el pisoteo de los derechos de los trabajadores.
Ahora resulta que el tal Limón Rivera se mueve y promueve como muy independiente; un remedo amorfo, copia de malísima calidad de Jaime Rodríguez Calderón, el mismo que como independiente, ganó la gubernatura de Nuevo León.
El ridículo que hace Vinicio lo exhibe como un ignorante, pero también como un oportunista que no va en busca de nada, que no sea su beneficio personal. El triunfo del Bronco en Nuevo León dispuso de ingredientes de los que carece el cetemista, en primer lugar el apoyo de poderosos grupos productivos que en Morelos, rechazan al dirigente obrero, por haber sido un vulgar extorsionador de esos grupos empresariales.
Hoy, con el pago de publicidad en redes sociales, Vinicio Limón se dedica a lanzar escupitajos al cielo; a golpear contra el espejo. Con un ridículo tono norteño y bravucón y calzado en botas que le quedan grandes, anda por el estado atizando el descontento en contra de los políticos de siempre, en especial en contra de senadores y diputados federales del PRI o de cualquier otro partido.
Así las cosas, esa primer camada; esa primera recua de aspirantes no puede más que generar preocupación, porque el 2012 se estaría reproduciendo, con candidatos de un perfil raquítico que conduzca al ciudadano a votar por el que suponga el menos peor.