Brighton West describe su mudanza a México como “un pequeño accidente”. El estadounidense de 51 años vivía en Oregón y pasaba los meses de invierno en California huyendo de la lluvia. Él y su esposa habían buscado una casa allí, pero no encontraron nada accesible. “Era increíblemente caro”, recuerda. En 2019, para celebrar el cumpleaños de su esposa, reservaron un viaje de fin de semana a un lugar llamado La Paz, en el estado de Baja California (México).
“Ninguno de los dos habíamos estado allí antes, pero leí una entrada en un blog y me pareció genial”, dice, “durante esos tres días encontramos una casa en la playa y hablamos con un agente inmobiliario. Nos sorprendió lo económico que era, especialmente considerando que vivíamos en San Diego en ese momento, donde una casa como esa costaría millones de dólares. ¡Esta costó 160.000 dólares!”
Con el auge del trabajo remoto, los estadounidenses se mudaron a México a un ritmo récord entre 2019 y 2022. Los West fueron parte de esa tendencia y compraron su casa en México en febrero de 2020. Sin embargo, últimamente han visto disminuir su poder adquisitivo a medida que la moneda mexicana ha sostenido un período relativamente largo de apreciación frente al dólar. Las remesas enviadas por connacionales en el extranjero y la inversión extranjera han impulsado la moneda mexicana un 16% desde marzo de 2022. Los permisos de residencia solicitados por estadounidenses en México han disminuido y también el turismo, lo que, según los expertos, también tiene que ver con la fortaleza de la moneda.
“La gente definitivamente está retrasando sus planes de mudarse porque esperan que en uno o dos años el peso volverá a subir y podrán comprar más y mejor”, dice West. El estadounidense abrió un canal de YouTube llamado Almost Retired in Mexico (casi jubilado en México), donde brinda información práctica para quienes buscan mudarse también. Sus videos acumulan decenas de miles de visitas, por lo que creó una consultoría paralela. En un video reciente, responde la pregunta de un espectador: ¿qué tan alto tendría que subir el peso para que la vida en México sea tan cara como en Estados Unidos? Según sus cálculos, a unos 8 pesos por dólar. La moneda actualmente cotiza justo por debajo de los 17 pesos “y algunos predicen que continuará con esta tendencia”, dice.
Cerca de 1,6 millones de estadounidenses viven en México, de acuerdo con cifras del Departamento de Estado de EE UU. La cantidad de estadounidenses que recibieron un permiso de residencia en México aumentó un 70% entre 2019 y 2022, un salto récord. El año pasado, la cifra cayó un 7%, según los datos más recientes del Gobierno. Asimismo, el PIB proveniente del turismo se contrajo un 0,2% respecto al trimestre anterior, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), lo que muestra cómo la fortaleza de la moneda está impactando fuertemente en la economía, dice Carlos Capistrán, economista jefe para México y Canadá de Bank of America (BofA).
“Esta fortaleza del peso que, como decimos los economistas, es el tipo de cambio nominal, se ha reflejado en que el tipo de cambio ‘real’, que se ajusta por inflación aquí e inflación en los socios comerciales de México, que básicamente es Estados Unidos. Es este tipo de cambio, el real, el que también se ha fortalecido mucho”, dice Capistrán. Sus estimaciones muestran que el precio de bienes y servicios en México, en relación con otros de Estados Unidos, ha subido 30% en los últimos tres años.
En cierto sentido, lo que estamos viendo es una etapa más intensa de integración económica entre México y EEUU, explica el especialista. “Ahora que Estados Unidos está en pelea comercial con China, es normal que se integre más a México y, efectivamente, de la pandemia para acá, esta integración se está acelerando y vemos mucha más gente de Estados Unidos viviendo en México y más canadienses también”, agrega Capistrán.
Otra parte de esta ecuación tiene que ver con lo cara que se ha vuelto la vida para los estadounidenses en su propio país. Jeremy Horpedahl, profesor de Economía de la Universidad de Arkansas Central (UCA), dice que el precio de la vivienda se ha disparado en las últimas dos décadas, lo que ha obligado a muchos a trasladarse a ciudades más asequibles. “Estamos empezando a quedarnos sin ciudades en Estados Unidos, ese es el problema”, dice Horpedahl. “Según lo que he analizado, el número de ciudades que ahora se consideran costeables en términos de vivienda se está reduciendo, lo que podría ser parte de lo que se está viendo con las personas que se mudan a México”, explica el académico.
“La clase media hoy tiene más riqueza e ingresos que nunca, pero gran parte de esa riqueza está ligada a la vivienda. El valor de sus casas ha aumentado, y eso en cierto sentido es bueno para ellos, pero si quieren mudarse a un lugar nuevo, tendrán que afrontar costos de vivienda más altos donde quiera que vayan”, añade Horpedahl.
Tom Fullerton, profesor de Economía y Finanzas de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP), espera que el fortalecimiento del peso reduzca el número de jubilados que se trasladan a México. “También reducirá el atractivo de los residentes fronterizos con pasaporte mexicano para comprar bienes raíces en el lado sur de la frontera internacional en ciudades como Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros”, dice.
“Por supuesto, el precio de la vivienda, los costos de salud y las medicinas en Estados Unidos seguirá atrayendo a los residentes del norte de la frontera a trasladarse a México y comprar allí”, añade. El costo de servicios médicos, que se han disparado en EEUU durante la última década más o menos, es otro factor que los extranjeros encuentran atractivo. En México, el sistema de atención pública de salud universal, si bien es insuficiente y defectuoso, efectivamente reduce los costos de la atención privada.
Tanto Fullerton como Capistrán consideran que el peso mantendrá su fortaleza en el corto plazo. “Vale la pena señalar que el peso ya no está subvaluado frente al dólar y eso significa que, salvo que se produzca una crisis financiera, económica o política importante, no es probable que la prima monetaria regrese pronto”, dice Fullerton.
Capistrán y su equipo en BofA esperan que la moneda cotice por debajo de sus niveles actuales y alcance los 18,25 pesos por dólar para fin de año, impulsada principalmente por cambios en la política monetaria. “Esperamos una depreciación en los siguientes meses hasta el fin de año. Es una depreciación moderada. Pero de todas formas el tipo de cambio real se va a quedar muy fuerte”, añade.
Mientras tanto, West se mantiene optimista sobre su vida en México y su negocio online. “Muchas personas están retrasando sus planes”, dice, “pero también hay una gran cantidad de personas que dicen: ‘me mudé a México porque la vida es demasiado corta y si el peso cambia, la vida sigue siendo demasiado corta. Así que voy a disfrutar de mi vida pase lo que pase’”.