Incognitapro

Irresponsable, hablar de fraude.- Lorenzo Córdova

 
Lorenzo Córdova, ex presidente del INE, reprochó que políticos consideren que el 2 de junio hubo un fraude electoral o elección de Estado.
1 de 1

 

 

 Lorenzo Córdova, ex presidente del INE (2014-2023), reprochó que actores políticos consideren que el 2 de junio hubo un fraude electoral o una elección de Estado.

En entrevista, defendió ayer el papel del órgano electoral y cuestionó que, pese a su desempeño, el Gobierno pretenda desmantelarlo.

"Hablar de fraude me parece que es asumir la misma actitud irresponsable de quienes en el pasado alegaban fraudes. Morena y López Obrador jamás aceptaron sus derrotas y siempre alegaron fraudes.

"Hablar de fraude es acusar al millón de ciudadanas y ciudadanos, que son nuestros vecinos y que fueron los garantes de que nuestra voluntad en la boleta prevaleciera, de actuar en contra de la democracia, y eso es una enorme irresponsabilidad", dijo.

Córdova destacó que el recuento de votos solicitado por la Oposición y su candidata Xóchitl Gálvez, y que inició desde ayer, es un derecho consagrado en la ley desde 2009, luego de la demanda de revisión del voto por voto, casilla por casilla, que impulsó en aquel momento el ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador.

"El único fraude que hemos tenido en materia electoral ha sido el del discurso del fraude, porque lo que acaba ocurriendo en los recuentos es que se convalida lo que los ciudadanos contaron la noche de la elección", resaltó.

A continuación la entrevista completa:
[[¡'Decrece aprecio por democracia'!]]El ex presidente del INE, Lorenzo Córdova, cuestiona que se hable de fraude electoral en los comicios del 2 de junio y que se pretenda reducir la voluntad mayoritaria a la aplicación de una política de Gobierno, como son los programas sociales.

"Hay estudios de opinión que reflejan que, de los beneficiarios de programas sociales, seis votaron por Claudia Sheinbaum, pero cuatro votaron por Xóchitl Gálvez o por Jorge Álvarez Máynez; más aún, entre quienes no recibieron programas sociales, la mitad votó por Claudia Sheinbaum.

"Estos reduccionismos no solamente no ayudan a entender lo que pasó; al contrario, sirven para desviar lo que está en el fondo, y lo que está en el fondo, me parece, es un momento de deterioro del aprecio democrático", sostiene en entrevista.

Córdova destaca la capacidad operativa del organismo, y resalta que una amplia mayoría no tiene como prioridad el desmantelamiento de instituciones.

Aunque admite que la injerencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador y del crimen organizado propiciaron una cancha dispareja, considera que esos factores no demeritaron el desarrollo de los comicios.

- Has planteado que la democracia requiere demócratas, pero hemos escuchado quienes hablan de fraude electoral o de elección de Estado.

Para mí, hablar de elección de Estado significa las elecciones que había antes de que transitáramos a la democracia y que, por cierto, podemos volver a tener si se concreta el plan de reforma electoral que ha planteado el Presidente; es decir, elecciones de Estado donde el Gobierno organiza la elección y define quiénes van a contar los votos.

Hoy no tuvimos una elección de Estado, pues quien organizó las elecciones fue un órgano autónomo que demostró una enorme capacidad operativa. Ahí están los conteos rápidos que fueron tan precisos que, aunque todavía no tenemos resultados de los cómputos distritales y el cómputo legal de los votos, no hay una sola de las estimaciones que hizo el comité del conteo rápido que no haya caído en lo que dice el PREP.

Hablar de fraude es cuando los votos se manipulan y cambian la voluntad de los electores, y eso, perdón, no pasó; hablar de fraude es acusar al millón de ciudadanas y ciudadanos, que son nuestros vecinos y que fueron los garantes de que nuestra voluntad en la boleta prevaleciera, de actuar en contra de la democracia, y eso es una enorme irresponsabilidad.

Ahorita se está llevando a cabo el cómputo distrital y se está abriendo, dependiendo de la elección, entre el 60 y el 70 por ciento de los paquetes electorales, y se están volviendo a recontar los votos. Si estamos hablando de que se instalaron 170 mil casillas, casi 120 mil casillas están siendo recontadas, porque llevamos a la ley aquella vieja demanda del voto por voto, casilla por casilla.

Recontar los votos ha demostrado desde 2009, cuando se instrumentaron estas causales para abrir paquetes, que el único fraude en materia electoral ha sido el fraude del discurso del fraude, porque lo que acaba ocurriendo con los recuentos es que se convalida lo que los ciudadanos contaron en la casilla.

Si somos democráticos, no podemos recurrir a los argumentos de los que no son demócratas para descalificar lo que no nos gustó, y lo que vimos no nos está gustando y hay que asumirlo: la voluntad mayoritaria expresada en las urnas.

- ¿La actuación del INE en esta elección desarma el proyecto de Morena de desmantelarlo?

Las reformas de su Plan C, de desaparecer al INE y elegir a sus consejeros por voto popular, deberían ser ponderadas a la luz de lo que vimos. Lo que hizo el domingo el INE es la mejor prueba de que hay que mantenerlo, mejorarlo y potenciar sus fortalezas, corregir algunas cosas, pero no tirarlo a la basura.

- La novedad han sido los conteos rápidos de Congreso, ¿qué opinas del debate respecto a la sobrerrepresentación de Morena y aliados?

El INE ha venido haciendo conteos rápidos desde el 2000, y siempre han tenido un altísimo grado de precisión. El error en 2006 fue no dar a conocer los resultados, pero el conteo rápido operó bien. Esta es la primera vez, sin embargo, que además de los conteos rápidos para gubernaturas y Presidencia, el INE decide hacer, al mismo tiempo, conteos rápidos para poder proyectar cómo van a quedar integradas las Cámaras de diputados y senadores.

Estos conteos rápidos adelantaron la discusión que se daba cuando se asignaban las diputaciones plurinominales, en agosto.

El artículo 54 de la Constitución establece que ningún partido puede tener más de un 8 por ciento de sobrerrepresentación, si comparas el porcentaje de votación con el porcentaje de curules. La Constitución dice partido, no dice coalición, pero esa regla se planteó en 1996, cuando la ley consideraba a los partidos coaligados como un solo partido.

El problema es que hoy está siendo usada la figura de las coaliciones para burlar el tope de sobrerrepresentación del 8 por ciento.

Lo estamos viendo ahora en la Cámara de Diputados, Morena, el PT y el PVEM obtuvieron, en la votación de diputados, el 54 por ciento, pero resulta que con las estimaciones que sabemos del conteo rápido estos tres partidos van a tener un número de diputados que va entre el 69.2 y el 76 por ciento. Estamos ante un fraude a la Constitución.

- ¿Qué es lo que debería hacer el INE?

Debería decir que cuando los partidos van solos, se aplica ese 8 por ciento, pero cuando van juntos y van coaligados, a la coalición hay que aplicarle en su conjunto el 8 por ciento y no a cada uno de los partidos que van en esa coalición, porque si no estás burlando lo que dice la Carta Magna.

La Constitución dice partidos políticos o ningún partido político puede tener una sobrerrepresentación de más del 8 por ciento, pero eso se redactó así cuando las coaliciones eran consideradas como si fueran un partido, hoy ya no son así y, por lo tanto, hay que darle sentido a la letra y al espíritu de la Constitución.

- ¿Estamos destinados a tener una democracia imperfecta?

La democracia perfecta existe sólo en el plano ideal o en los libros. En los hechos, la democracia siempre va a tener niveles de imperfección y de lo que se trata es de seguir mejorando, poco a poco, para que sea cada vez menos imperfecta.

La nuestra es una democracia de la que deberíamos sentirnos orgullosos, en términos de las instituciones que hemos construido, pero hay que asumir que las democracias se pueden perder y de tener una democracia imperfecta a no tener democracia. Siempre va a ser mejor tener una democracia imperfecta.

Si se van a cambiar las reglas del juego democrático, como se está pretendiendo, para que esto deje de ser una democracia, entonces sí habrá que levantar la voz.

Es un abuso utilizar a la democracia para llegar al poder y después, desde el poder, desmantelarla.
 

 
 

Ámbito: 
Nacional
Tema/Categoría: