LA NUEVA CONSTITUCIÓN PARA MORELOS
La propuesta de construir un nuevo constituyente en Morelos es una cuestión positiva, pero más si el proyecto es abierto a la sociedad mediante los foros en sus más de 400 pueblos y comunidades, para que igual opinen todos los sectores sociales.
Morelos ha sido durante varias décadas ejemplo de ser un estado progresista en tener un marco legal más que actualizado, tanto que antes de concluir el siglo anterior fue el primer estado en tener una Ley de Participación Ciudadana, en adelantar cuáles eran los derechos de las mujeres en decidir sobre su cuerpo y en establecer la equidad de género en situaciones de paridad horizontal y vertical.
El primer órgano electoral ciudadano en todo el país fue constituido en Morelos, las decisiones tomadas por sus entonces cinco consejeros electorales estaban distanciados de las decisiones del gobernador de la época, Jorge Carrillo Olea.
En el año de 1998 la Cuadragésima Séptima Legislatura estatal logró contemplar entre sus propuestas Constitucionales el establecer la Ley de Participación Ciudadana, la primera que hubo en el país y fue modelo para el resto de las entidades federativas.
Hace 18 años, los diputados locales aprobaron -por unanimidad- el establecer figuras novedosas como el plebiscito, referéndum, consulta popular y la revocación del mandato.
El gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León tuvo que aceptar las nuevas concepciones democráticas que salían de uno de los estados más pequeños del país y plantearlas al Congreso de la Unión, para ser aprobadas.
Han pasado 18 años de haberse tomado estos grandes avances en materia democrática, 20 de haber un órgano electoral ciudadano en Morelos y pareciera que hoy la entidad está atrasada en su participación social.
El arribo de Graco Ramírez al gobierno de Morelos más que ser progresista ha sido retrógrada (palabra homofóbica, según los “especialistas”) en materia democrática, al dejar de lado la oportunidad de hacer de la participación social una tiranía.
La sociedad hoy reclama participar de manera equitativa junto a sus representantes populares, por ello es que la Mesa para la Reforma del Estado no debe quedar en solamente una discusión de los partidos políticos.
Conforme a las mismas encuestas del sector oficial, de cada 10 ciudadanos tres hoy acudirían a las urnas, en caso de haber una elección, el resto desconfía de los partidos políticos y rechaza los procesos de selección de representación populares.
La Mesa para la Reforma del Estado tiene que dejar de ser exclusiva y convertirse en un foro abierto a toda la sociedad, para analizar a fondo temas que hoy miles de morelenses reclaman.
Hace 18 años en el estado teníamos plebiscito, referéndum, consulta popular y revocación del mandato en nuestra Constitución, al menos 15 estados del país siguieron el ejemplo y avanzaron con sus reglamentos, en Morelos nos quedamos atorados en el tema.
Hoy, por cuestiones legales la participación ciudadana quedó en el rezago total y no hay plebiscito, referéndum, consulta popular y la revocación del mandato es negada porque dicen que no existe dentro de la Constitución Política Mexicana, cuando el Pacto Federal da cierta autonomía a las entidades sobre el tema.
Construir una nueva Constitución Política para Morelos no es nada fácil, hay que converger en convocar a todos los habitantes, en momentos que los partidos políticos viven una severa crisis de credibilidad y hay una polarización abierta entre gobierno y pueblo.
La sociedad morelense hoy exige tres asuntos fundamentales: respuestas a sus demandas en materia de seguridad pública, empleo y obras; segundo, apertura al diálogo, y tercero un gobierno confiable.
Al momento, en los tres aspectos el gobierno del estado ha dejado de responder y por eso suele blindarse en todo acto público, como el suscitado el fin de semana pasado.
De ahí que la Mesa para la reforma del Estado debe responder hacia particularidades, iniciar un proceso social y establecer propuestas mejores para bien de todos.
También debe pensarse en el razonamiento legal, filosófico y conceptual de la necesidad de lograr una nueva Constitución Política para el Estado de Morelos, como lo plantea el diputado Francisco Moreno Merino.