LUEGO de años de jauja, el Presupuesto 2017 será el primero en el que las transferencias del gobierno federal a los estados no sólo no suban, sino que bajen 3.1 por ciento.
SE ACABÓ el tronar de cohetes con los apoyos, ahora sólo queda recoger las varas del recorte. Y es ahí donde se ve la incongruencia de los distintos niveles de gobierno que, de un tiempo a la fecha, les dio, literalmente, por regalar dinero.
DESDE QUE Andrés Manuel López Obrador hipotecó la capital entregándole dinero a los viejitos, por el simple hecho de ser viejitos, los programas populistas se multiplicaron en todo el país, como si el presupuesto fuera eterno.
ASÍ, el priista Humberto Moreira regalaba en Coahuila útiles, mochilas y hasta zapatos a los alumnos de primaria. En Nuevo León, Rodrigo Medina daba gratis ¡el Metro! y el agua.
EN LA CAPITAL, Marcelo Ebrard empezó regalando útiles y conciertos masivos; y Miguel Mancera regala desde cunas de cartón hasta boletos de cine.
Y la lista podría seguir y seguir y seguir...
TODAVÍA no asume como gobernador de Puebla, pero Antonio Gali ya comenzó a incumplir sus promesas de campaña.
COMO CANDIDATO ofreció a los empresarios reducir de 3 a 1.5 por ciento el Impuesto Sobre Nómina, pero ya se sabe que prometer es fácil, lo complicado es cumplir.
TANTO el equipo del mandatario electo, como del entorno del verdadero mandatario, Rafael Moreno Valle, ya dejaron sentir que nomás no se va a poder, dado el recorte presupuestal a nivel nacional.
HABRÁ que esperar a 2018, que es otra vez año electoral.
NO ES por amarrar navajas o, mejor dicho, por amarrar guantes entre republicanos, pero si Donald Trump siguió la pelea de Saúl "Canelo" Álvarez, seguramente no quedó muy contento con sus amigous texanos.
Y ES QUE los hispanos, y en especial los mexicanos, tuvieron un lugar destacado en la función. De entrada, en la pantalla más grande EU, la del estadio de los Vaqueros de Dallas ondeaba la bandera de México; fue una mujer hispana quien cantó el himno de las barras y las estrellas; e inclusive se rompió la tradición de que el retador sube primero al ring, al ser "El Canelo" al que se le rindieron honores.
A TODO ESO hay que sumar la presencia del magnate texano Jerry Jones, dueño del equipo y amigo personalísimo de la familia Bush que, como ya se sabe, nomás no comulga con Trump.
PERO haya sido o no con dedicatoria para el candidato republicano, el hecho es que en medio de un ambiente cargado de Trump-adas, ganó "El Canelo" con un gancho al hígado.