La muerte de Jocelyn Nungaray, una niña de 12 años que fue asesinada en Texas, supuestamente a manos de dos inmigrantes indocumentados, es el nuevo pretexto de Donald Trump y su campaña para arremeter contra los cruces ilegales en la frontera sur. También es la nueva excusa perfecta para acusar al presidente, Joe Biden, de ser el principal responsable de la situación migratoria. “Tenemos una nueva matanza de migrantes a manos de Biden. Solo va a ir a peor y todo será culpa del corrupto Joe Biden”, dijo Trump en Truth Social -su red social- para hacerse eco de una muerte que ha conmovido a la comunidad latina después de que su cuerpo fuera hallado en un arroyo el pasado 17 de junio en Houston. “Estos monstruos nunca deberían haber estado en nuestro país y si yo fuera presidente no habrían estado en nuestro país”, sentenció el republicano.
A solo cinco meses de las elecciones presidenciales de noviembre, la política fronteriza es uno de los principales campos de batalla de los dos candidatos. “Estoy deseando verle en el Debate Falso del jueves. Que explique por qué ha permitido que MILLONES de personas entren ilegalmente en nuestro país!”, escribió Trump, refiriéndose al primer debate presidencial entre el republicano y el demócrata que se celebrará este jueves.
El republicano, obsesionado con su discurso antiinmigración, ha aprovechado el asesinato de la menor para incidir en un tema que mueve y enardece a sus simpatizantes. En un discurso en Filadelfia el pasado sábado, Trump volvió a sacar a la luz el caso de Nungaray para criminalizar a los inmigrantes. “Cruzaron nuestra frontera alegando que temían por sus vidas en Venezuela, pero ya saben, la delincuencia en Venezuela ha bajado… porque se han traído a todos los delincuentes a Estados Unidos”, expresó. Y recordó también, frente a la multitud, el caso de un ecuatoriano de 25 años acusado de violar a una niña de 13 años en Queens, Nueva York. Así, prometió, como ya ha hecho antes, “comenzar la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos” si llega a ser elegido como presidente y, como de costumbre, acusó a los migrantes que ingresan al país de ser “traficantes de drogas”, “pandilleros” o “asesinos”.
Historia de un crimen
Johan José Martínez-Rangel, de 22 años, y Franklin Peña, de 26, ambos de nacionalidad venezolana, fueron detenidos como los principales sospechosos de la muerte de Nungaray. Un comunicado difundido el viernes por el Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos asegura que ambos ingresaron al país de manera ilegal. Martínez-Rangel fue detenido por la Patrulla Fronteriza cerca de El Paso, Texas, el pasado 14 de marzo, y fue puesto en libertad ese día bajo fianza con aviso de comparecencia. Peña, por su parte, fue arrestado por la Patrulla Fronteriza el pasado 28 de mayo cerca de El Paso, y puesto en libertad ese día bajo fianza con orden de comparecencia.
Cerca de las 6.15 a.m. hora local del pasado lunes 17 de junio, la policía de Houston recibió una llamada telefónica que avisaba del hallazgo de un cuerpo tirado en un arroyo en West Rankin Road, cerca de donde vivía la menor. Kim Ogg, la fiscal de distrito del condado de Harris (Texas), dijo en una conferencia de prensa que “la víctima fue encontrada atada, sin ropa de cintura para abajo, en el agua”. Los Servicios de Ciencias Forenses del Condado Harris catalogaron la muerte como un estrangulamiento.
Alexis Nungaray, madre de la niña, dijo a la estación de televisión KPRC 2 que había despedido a su hija antes de dormir. La policía de Houston asegura que la víctima se escapó de la casa entre las 10.00 p.m. y la medianoche. El departamento de policía dio a conocer que, según muestran las cámaras de seguridad, a los culpables se les vio el domingo 16 de junio saliendo de un restaurante. Más tarde se encontraron con Nungaray y caminaron juntos hacia una tienda 7-Eleven. Los tres se dirigieron a un puente donde, según las autoridades, los dos hombres la amarraron, le quitaron el pantalón, la estrangularon y después tiraron su cuerpo al agua. Fue allí donde la policía la encontró sin vida. Las autoridades aún estudian si la niña fue víctima de abuso sexual, aunque la fiscal Ogg dijo en una entrevista con Fox News este martes que “probablemente se produjo una agresión sexual”.
El alcalde de Houston, John Whitmire, reconoció que se trataba de un caso “muy grave” y que estaría atento de las decisiones del sistema judicial: “Esperemos que el tribunal haga su trabajo. En este caso no se justifica una fianza”. Este lunes, Peña compareció ante un tribunal del condado de Harris y se le fijó una fianza de 10 millones de dólares. El juez fijó una fianza de la misma cantidad para Rangel-Martínez el martes. Ogg aseguró que pedirán la pena de muerte para los dos culpables del asesinato de Nungaray.
Migración y delincuencia, una cuestión ideológica
En un informe del Pew Research Center de inicios de año sobre la situación en la frontera sur se recogió que el 85% de los republicanos vinculan la llegada de inmigrantes con la delincuencia, mientras que solo un 31% de los demócratas establece esta relación. Aun cuando los números demuestran que los inmigrantes indocumentados no son los responsables de la mayoría de los crímenes que se cometen en el país, el discurso de odio y miedo sirve como estrategia de los republicanos para llamar la atención de sus votantes.
Un portavoz de la Administración de Biden envió condolencias a la familia de la menos el pasado viernes y aseguró que estarían pendientes de que los culpables paguen por el crimen. “No podemos hacer comentarios sobre casos activos de aplicación de la ley. Pero, fundamentalmente, cualquiera que sea encontrado culpable de este tipo de crimen atroz y espantoso debe rendir cuentas con todo el peso de la ley”, añadió.
La migración y la seguridad fronteriza se ha convertido en unos de los temas clave en la campaña electoral de cara a las elecciones del próximo noviembre, en las cuales el voto latino será decisivo. Para el este electorado, la seguridad en la frontera se encuentra entre sus cinco principales preocupaciones, según una encuesta reciente llevada a cabo por la organización Voto Latino. Otro sondeo reciente de UnidosUS relevó que ocho de cada diez votantes latinos consideran que la política de inmigración afectará su voto el 5 de noviembre y casi la mitad cree que será fundamental en su decisión.