Apatzingán.— Citricultores del Valle de Apatzingán denunciaron que continúa la extorsión a productores, empacadores y comercializadores de limón, a manos del grupo criminal Los Viagras.
Acusaron que hay empresarios que han desistido del apoyo de las autoridades y continúan con el pago a las organizaciones delictivas, con lo que estos grupos financian sus actividades ilegales.
EL UNIVERSAL platicó con varios citricultores, quienes pidieron el anonimato por seguridad.
Limoneros michoacanos advierten que es un proceso de nunca acabar, porque pocos se atreven a ratificar las denuncias contra los extorsionadores. Foto: Carlos Arrieta | El Universal
“El que permitamos más extorsiones y el que no denunciemos o no nos sumemos a las acciones de las autoridades, seguirá fortaleciendo a los grupos criminales“, señaló uno de los empresarios.
Explicó que los productores limoneros de Michoacán viven la peor crisis económica y de inseguridad de la historia.
Dijo que la diferencia de pago a los agricultores en cada región o municipio obedece a las tarifas de extorsión que impone cada grupo criminal.
Reveló que antes el crimen organizado cobraba la extorsión a través de algunas asociaciones de limoneros, en las que tenían enquistados a sus jefes de plaza y eran los encargados de recibir “la cuota”.
Ahora, detalló, “se exige un pago por kilo comprado a los empaques o industrias. Ellos [los delincuentes] te mandan halcones para ver cuánto están comprando y sobre eso te exigen el cobro, argumentando que son dueños de sus áreas”.
Lamentó el hecho de que todavía hay quienes pagan la extorsión propinando un severo golpe a la cadena productiva del limón.
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Explicó que sólo 20 de 70 empresas empacadoras de limón han contratado seguridad, y el resto, incluso, rechazan —tal vez por amenazas— las acciones de las autoridades.
“Ellos pagan su extorsión negociada con los mismos grupos delincuenciales, se convirtieron en industrias pasivas, que no están actuando más que para descontarle al agricultor la cuota, sin hacer un esfuerzo de contratar elementos de seguridad y eso nos afecta a todos”, dijo.
Enfatizó que otra de las consecuencias de pagar cuota al crimen organizado es el precio tan castigado que le pagan el productor, de entre tres y cinco pesos por kilogramo.
“Y eso es otro duro golpe al productor, porque prácticamente le cobran los empacadores la cuota de extorsión de la cadena productiva, y caso contrario, hay empresas que no dan extorsión y pagan entre dos y cinco pesos más por kilo producido a los agricultores, porque ya tienen ese margen, al no llenar el bolsillo de los delincuentes”, expuso.
Agregó que en gran parte del municipio de Buenavista “los productores se están quedando sin jornaleros”, quienes optan por huir de la zona por la violencia.
“Sin jornaleros en ninguna tierra, por muy productiva que sea, no se puede hacer nada”, remató.
Otro de los industriales consultados dijo que de poco sirven los operativos implementados desde hace cerca de un año en contra de los criminales, si de inmediato salen libres porque los empacadores han desistido de las denuncias.
Uno de esos casos, explicó, es el de Alberto García Flores, La Peggy, detenido el pasado 2 de febrero por extorsión y liberado días después porque las víctimas ya no quisieron continuar con su denuncia.
Los informes de seguridad indican que La Peggy es el encargado del cobro del impuesto tributario criminal a los limoneros.
La Fiscalía de Michoacán confirmó que en uno de los casos, las víctimas se desistieron y en el segundo, la pena (antes de la reforma al Código Penal estatal), por procedimiento abreviado, fue de tres años, lo que le permitió salir libre.
Otro de los empresarios reveló que César Sepúlveda Arellano, El Botox, uno de los principales capos en la estructura de Los Blancos de Troya (socios de Los Viagras), amenazó con quemar los negocios que no paguen “el piso”.
Dijo que, con todo y eso, han mantenido su postura de que no van a pagar un solo peso más de extorsión para no financiar a criminales.
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La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, la Fiscalía del estado y la Fiscalía General de la República, identifican a El Botox como responsable de las extorsiones al sector productivo en parte de los municipios de Apatzingán y Buenavista.
El 15 de octubre del año pasado, autoridades estatales y federales capturaron a Alejandro Sepúlveda, hijo de El Botox, y su subalterno.
Tras la liberación de La Peggy y la persecución de las autoridades a El Botox, Los Viagras incrementaron sus ataques contra la tenencia de Felipe Carrillo Puerto, La Ruana, municipio de Buenavista.
Durante el pasado fin de semana, hombres armados, pertenecientes a Los Viagras, perpetraron un ataque contra La Ruana, en el cual asesinaron a un poblador a tiros y posteriormente su cuerpo fue quemado y dejado arriba de una camioneta, a manera de mensaje.